73: Antojos, malhumor y...ehm, muchas noches de boda.

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Antoine predijo que los síntomas de Shen Lian serían casi imperceptibles.

—¡¿Me estás diciendo gordo?!

Antoine se equivocó.

                            •••••••••••••••

Al principio Shen Lian no sintió nada fuera de lo normal con su cuerpo. Diría que se sentía igual que siempre, de no ser por el ya notable bulto en su estómago que sólo iba creciendo con el paso de los días. No había tenido ninguno de los malestares comunes del embarazo al principio, pues ya tenía dos meses de embarazo cuando le dijo a los demás, pero ahora empezaba a sentir los síntomas de manera intensa.

Fue como si, al confirmar que estaba embarazo, su cuerpo hubiese decidido mostrarlo de repente.

Si bien su primer embarazo fue bastante obvio debido a las náuseas constantes desde el inicio, Shen Lian sentía que con el segundo todo era el doble de intenso. Podía estar bien en un segundo, y al siguiente devolver todos los alimentos que había consumido a lo largo del día. Sus síntomas eran demasiado espontáneos, no podían predecir cuando estaría bien y cuando estaría mal.

Lidar con un solo embarazo era lo suficientemente cansado para tener aquella situación. Ahora la gente del palacio tenía que lidiar con dos al mismo tiempo; uno que era capaz de apuñalar a alguien si se enojaba y otro que se ponía a llorar si lo trataban medianamente diferente. Cuidar a Zhao Yuan y Shen Lian demostró ser una tarea mucho más complicada de lo que parecía antes.

Antoine debía estar pendiente de ambos, ya que era el único médico con los conocimientos para mantenerlos seguros. Zhao Yuan tenía casi cinco meses, y a medida que se acercaba la fecha de su parto todas sus emociones parecían desbordarse. Ni siquiera Antoine podía calmarlo, solo recibía un golpe directo cada que lo intentaba. Además, era imposible acercarse a Zhao Yuan sin que alguien terminara con un moretón.

Tanto Zhao Yuan como Shen Lian estaban obligados a permanecer en cama debido al estado de sus embarazos, así que tampoco podían reunirse a hablar tranquilamente. Shen Lian era el único que podría calmar a un Zhao Yuan enojado, pero ni Antoine ni el príncipe iban a permitir que saliera de su reposo obligatorio.

En el caso de Shen Lian, estaba muy aburrido. Para alguien que acostumbraba a salir de su habitación muy seguido, estar encerrado era casi una tortura. En realidad le molestaba mucho, aunque prefería guardarse su irritación para sí mismo. Estar con el principito también ayudaba a disminuir su molestia, siempre le alegraba jugar con su adorable hijo. Era demasiado tierno, verlo balbucear y reír de una manera infantil.

Justo ahora estaba jugando con Mo Ting. El principito estaba sentado sobre su regazo, apretando en uno de sus pequeños puños la túnica exterior de su madre. Mo Ting era muy curioso, pero parecía tener un peculiar gusto hacia la tela de colores pálidos que vestía Shen Lian. Solo tonos de azul y verde, diferentes a los del principe.

—A-Ting— regañó Shen Lian al sentir un mordisco en su antebrazo. —¿Qué haces, mi lindo principito?

—Aghubfhuhfhjn.

Shen Lian rió, entretenido por los intentos de comunicarse de Mo Ting.

—¿Ya quieres hablar, pequeño? Vas a ser como tú padre.

—Guh.

—Serás muy guapo cuando crezcas, igual que tú padre— comentó el joven Shen sonriendo bobamente. —Espero que seas muy bueno peleando, no quiero estar preocupado si tu padre te envía a una misión. Vas a ser un buen príncipe heredero, como tú padre. Y vas a casarte y tener hijos…y v-vas a d-dejarme cuando s-seas un adulto. N-No vas a d-decirme "mamá". Mi principito.

La esposa del soberano. (BL)Where stories live. Discover now