62: La discusión y reconciliación.

1.1K 162 7
                                    

El evento más inesperado ocurrió tres meses después de que el príncipe fuera castigado por su esposa, cuando Shen Lian se encontró a Wen Yanli paseando por el jardín exterior que pertenecía al tío Zhang. Como se esperaba de alguien tan infantil como él, lo único que hizo fue fulminar con la mirada a la mujer antes de regresar a su palacio.

Shen Lian había sido bastante generoso al permitir que su madre se quedara en el palacio del tío Zhang. De no ser por las palabras del emperador, habría hecho que la sacaran de la capital y prohibieran su entrada.

Ah, estar con el agresivo Zhao Yuan empezaba a afectar sus pensamientos.

—S-Shen Lian— tartamudeó Wen Yanli viendo a su hijo.

—Wen Yanli— murmuró un malhumorado Shen Lian apartando la mirada de aquella mujer que alguna vez fue su madre.

—Hijo, q-quiero hablar contigo.

—¿Para qué? ¿Para repetirme que no fui lo suficientemente importante para que te quedarás conmigo?

Mientras hablaba, Shen Lian apretó los puños y desvió la mirada para contener todas las palabras que amenazaban con salir. La furia en su interior no había disminuido en todo éste tiempo, pues ver a su madre paseando por el palacio como si nada sólo servía como recordatorio de su engaño.

Shen Lian no podía ni imaginar por qué una madre dejaría a su hijo de esa manera sin siquiera darle una explicación. Él mismo tenía un hijo al que no abandonaría por nada del mundo, y a quien adoraba con todo su corazón. Su madre también parecía amarlo así cuando era pequeño, pero eso no fue suficiente para que se quedara con él. Le dolía pensar que su madre no lo amaba tanto como decía.

Para Shen Lian, que su madre lo dejara atrás significaba que ella no lo quería.

—A-Lian, eso no es cierto— sollozó Wen Yanli. —Yo te amo. Eres mi hijo.

—Si de verdad me amaras no me habrías dejado solo— replicó Shen Lian fríamente.

La Wangfei se fue con esas palabras. Wen Yanli se quedó mirando la figura de su hijo mientras se alejaba de ella. Se preguntó si realmente había perdido a su hijo.

                           ••••••••••••••••

Cuatro días después, el emperador invitó a la familia de su sobrino a una cena en el palacio. No les dijo por qué o cuál era la motivación detrás de tan repentina invitación, solo les pidió que fueran a su palacio después del anochecer para que cenaran juntos. Cómo siempre, ninguno le cuestionó sus acciones ya que conocían su manera tan impulsiva de actuar.

Las sirvientas murmuraban entre ellas, todas preguntándose cuál sería la causa de que su emperador organizara una cena tan de repente. Ellas ya estaban acostumbradas a sus peculiares petición (ninguna olvidaría la sorpresa de ver a un hombre casarse con el príncipe debido al mandato del emperador) pero parecía mucho más extraño de lo usual que ordenara organizar un banquete de repente. También les extrañó que pidiera un asiento extra, aunque nadie podía decir algo.

Desde el palacio cercano, Shen Lian terminaba de vestirse cuando sintió un par de brazos rodeando su fina cintura. Se sorprendió tanto que saltó en su lugar, sonriendo suavemente al reconocer el agradable aroma de su esposo. Para él, Mo Yang olía a hogar.

Las manos del principe se asentaron sobre el estómago de su Wangfei, una costumbre que había desarrollado durante el embarazo de Shen Lian. Solía poner sus manos sobre el vientre de su esposa para sentir las leves patadas que daba el bebé cuando le hablaba. Mo Ting fue un niño bastante energético dentro de su madre, al igual que Mo Yang lo había sido antes de nacer. Ambos compartían muchas similitudes, que sólo irían aumentando con el paso del tiempo.

La esposa del soberano. (BL)Where stories live. Discover now