77: No uno, sino dos. Mo Xian y Mo Tang.

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Se sabía que Shen Lian daría a luz poco después de que Zhao Yuan lo hiciera. Todos, tanto sirvientes como plebeyos, esperaban ansiosos el nacimiento del segundo príncipe. La historia de Shen Lian y Mo Yang se había esparcido por todo el imperio luego de la invasión rebelde, y muchos estaban encantados con ellos. La idea de que un príncipe amara a un simple campesino era una idea tan increíble que los admiraban como si fueran deidades.

En los lugares de mayor pobreza, las niñas se vestían con túnicas de tonos claros mientras jugaban a ser la Wangfei, Shen Lian. Los niños también oían con miradas brillantes las historias que sus madres contaban sobre la pareja más adorada de todo el imperio. Incluso había quienes decían a sus hijos que debían portarse bien si querían hallar un amor tan bello como el de Shen Lian y Mo Yang.

La pareja como tal, ajenos al efecto que tenían la población de su Imperio, se preparaban para recibir a un bebé que causaba muchas incomodidades a su madre. Después de conocer al pequeño Zhao Jean, el joven Shen había insistido en que aquel bebé pasara más tiempo con su primer hijo, Mo Ting. Tenía la certeza de que serían muy buenos amigos en el futuro, como sus padres.

Las contracciones empezaron para Shen Lian en la madrugada, exactamente cuando estaba enviando a su esposo a qué buscara una de las comidas que eran de sus antojos. Soltó un grito que hizo regresar a Mo Yang de inmediato, corriendo hacia la habitación en pánico.

—¡Shen Lian!— el príncipe se sorprendió al ver el estado de su esposa.

—¡¿Qué te pasa?! ¡Busca al médico!— exclamó Shen Lian sosteniendose el vientre con una mueca adolorida.

Shen Lian realmente no estaba de buen humor. Con un bebé esforzándose por salir a través de un salida inexistente, más la sensación de ser golpeado en el estómago repetidas veces, nadie podía mantenerse alegre. Ni siquiera el brillante Shen Lian.

Gracias a su experiencia previa, Mo Yang ahora sabía que cualquier intento de calmar a Shen Lian cuando sentía dolor era totalmente inútil. Lo único que podía hacer era apoyarlo de manera silenciosa hasta que el parto terminara.

Era dos semanas antes de lo previsto, pero ninguno tuvo tiempo para considerar los riesgos antes de dirigirse a la habitación del médico. Con Shen Lian quejándose entre sus brazos, el príncipe fue en busca de Antoine. Aunque probablemente estaba ocupado con su hijo, seguía siendo el único médico que podía ayudar a Shen Lian durante su parto.

—¡ANTOINE ALEXANDRE BAPTISTE FENG, VEN AQUÍ AHORA MISMO!— gritó Shen Lian, su tono peculiarmente parecido al de Zhao Yuan.

El médico apenas estaba despertando, los gritos afuera haciendo que se apresurara en amarrar su ropa y salir. Solo con ver la expresión adolorida de Shen Lian supo que el segundo principe estaba cerca de nacer.

Zhao Yuan escuchó la conmoción y comprendió lo que sucedía de inmediato, así que tomó al pequeño Zhao Jean en sus brazos antes de empujar a Antoine fuera de la habitación. Tan delicado como un elefante, Zhao Yuan terminó lanzando a su prometido con tanta fuerza que el médico dió alrededor de tres vueltas en el piso tras caerse.

Con un ceño fruncido, Antoine se levantó y sacudió su ropa para librarse del polvo en ella. Ni siquiera dijo algo, consciente de que su amado podría lanzarle cualquier objeto cercano si hablaba.

Shen Lian era muy diferente a otros descendientes del Clan FengLiuShen. Su madre había estado alimentándolo desde pequeño con la fruta que permitía a los descendientes con el don ser capaces de dar a luz. Por eso su cuerpo tenía más características femeninas que masculinas, mismas razones por las que había dado a luz naturalmente y no a través de una incisión como en el caso de Zhao Yuan. Su cuerpo era diferente a los otros que Antoine había tratado en todos sus años como médico.

La esposa del soberano. (BL)Where stories live. Discover now