Capítulo 41 ✓

1.8K 106 16
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


C A M E R O N

Le di un sorbo bastante largo a mi cerveza, pensando en las palabras adecuadas. No pude evitar reír después de ese pensamiento

¿Pueden creerlo? Yo pensando antes de soltar por mi boca un comentario. Alguna vez el viejo de Matrell me comentó que el amor te hace cambiar, y en ese momento no lo creía de esa manera.

—¿Me trajiste para verte beber o puedo largarme? —bufó, dejó reposar su espalda en el comedor con los brazos cruzados.

—Estoy bebiendo para evitar pensar en las ganas que tengo de descargar todo un cartucho en tu inútil rostro, parce. —confesé con molestia—Deberías agradecer la amabilidad que estoy teniendo contigo.

—¿Quieres que te agradezca? —replicó, confundido—Oh, sí. Gracias por evitar volarme la cabeza como el psicópata que eres, Cameron.

Sonreí de boca cerrada—. De nada. —bromeé—Ahora, ¿Qué es lo que te sucede, Lorenzo? ¿Intentas cabrearme, a tal punto que ni yo mismo me reconozca? —pregunté sin rodeos.

Observé cómo desvió la mirada, Dios. Las personas y sus patéticos sentimientos ante situaciones importantes. Por eso trataba de mantener mis sentimientos al margen, no se puede andar por ahí mostrando la mayor debilidad de uno, sin tener en cuenta quién puede usarla en tu contra.

—Intento que sepa la verdad. —se defendió.

—Compórtate como un hombre, no planeas decirle toda la historia. Solo tu versión. —me acerqué más, el enojo y la indignación que brotaba mi cuerpo era tal que temía no poder controlarlo—Esa actitud tan empática y ridícula no va conmigo, Lorenzo, sabes que estaba siguiendo órdenes.

—¿Quién habla de comportarse como hombre, cuando has tratado de ocultar tu oscuro pasado? —se acercó más a mí—¿Para qué, para no perder a tu nueva presa?

Mis ojos ardían, eso pasaba normalmente cuando quería golpear a alguien y no saben cuánto deseaba repartir un par de golpes a Lorenzo desde que lo conocí.

—Mucho cuidado, García. —amenacé con firmeza, sin despegar mi mirada de la suya—Recuerda que estás tratando con un asesino. Tu empacas la muerte en bolsas, yo le enseño a la muerte como trabajar.

Lanzó una risa torcida—. ¿Crees que eres superior a mí, por quitarle la vida a alguien?

—Claro que no. —negué con la cabeza—Soy superior a ti porque acepto los errores que he cometido y lucho por aceptar mi pasado. No soy un hipócrita como tú, que olvidaste todo lo que has sacrificado y ahora te das golpes de pecho para no sentirte como un maldito cobarde que no pudo eliminar a una escoria de su vida. —expresé, sintiendo alivio por desahogar todo mi enojo en esas palabras.

—Eres un jodido imbécil.

Asentí, mientras le daba un sorbo a mi cerveza—, Imbécil es mi segundo nombre, al parecer. —bromeé—No seas rencoroso, parce, te hice un favor. —me encogí de hombros.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now