Capítulo 26 ✓

2.2K 168 33
                                    

"Supremacía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Supremacía. Los negocios son engañosos, todo el que tiene el poder en sus manos, tiene la posibilidad de acabar consigo mismo, por falta de conocimiento personal. La guerra es la ciencia de la destrucción."

Arrugué mis cejas, no era tan lenta. ¿Si algunas letras estaban subrayadas era por algo, no? Me acerqué a la mesa de noche donde tenía un pequeño cuaderno, un lapicero y me dispuse a juntar poco a poco las letras.

Había leído algo parecido de este tipo de textos ocultos en clase, se le llamaba criptografía. Aunque no me quedó mucho de esa clase gracias a los típicos regaños de los profesores hacia Will y mi persona, sé que suelen utilizar este tipo de textos para evitar que un segundo receptor se entere del mensaje.

Al terminar de juntar todas las letras, leí una y otra vez la frase tratando de entender qué significaba.

"Mano de oro, destrucción"

Para que digan tanto una frase es porque representa algo importante, y me imagino que los narcos utilizan palabras distintas a las que normalmente usamos para determinar diferentes situaciones o términos, si es así, mano de oro debe significar algún proceso, y destrucción tiene que ver con algo que finalizó de mala manera, o eso creo.

"La cabaña siempre está alejada, porque su madera tiene oídos engañosos y un techo traicionero."

Trataba de comprender de qué trataba, pero no podía. Nunca he logrado entender el significado de las metáforas, tampoco he sido buena escribiendo alguna.

Me levanté de la cama para abrir la ventana, estaba haciendo mucho calor. Al acercarme y separar las persianas que decoraban esta, visualice a Lorenzo en la parte del aparcamiento con el capó de su auto alzado y sus brazos cruzados mirando el interior, se veía muy concentrado.

Sonreí inconscientemente, a pesar de trabajar en un lugar como este resultaba ser un chico tierno —o al menos conmigo lo es, quizás piensa asesinarme más adelante—, recordé la tarde en la que almorcé con él, me sentía muy cómoda hablando de variedades de temas diferentes. Por un momento me olvidé que me encontraba aquí, me sirvió de mucho.

Observé el papel en la cama, mordí mi mejilla interior. Quizás si le pregunto de manera disimulada no se de cuenta que descubrí algo que no debí, además está ocupado con su auto, estoy segura que solo me responderá lo básico.

Pero si no le pregunto a Lorenzo, ¿Quién más podría saber sobre las palabras claves que no fuera él?

Me puse el jeans de mezclilla y agarré el suéter color gris oscuro que me había prestado Alec hace días, no iba a pretender salir en pijama con un montón de hombres abajo que aún no conozco ni espero conocer.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora