Capítulo 16

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Fruncí el ceño, estaba más que obstinada. Agarré del suelo lo que al parecer era una liga y amarré mi cabello en una coleta alta, y para empeorar más las cosas, el calor hacía que la situación fuera poco soportable.

—¿Qué hacemos ahora?—preguntó Angee con cierta preocupación, estaba sentada con una pierna elevada en la silla y su laptop frente a ella—No podemos ir a Nueva York, seguramente Rodríguez ya sabe de nuestros planes.

—Debemos mantener la calma y, —

—Seguro Alec asesinó a tu primo en el camino. —levantó los hombros con desinterés Emerik mientras llegaba a la sala con un sándwich y una bebida.

—... No sacar conclusiones cínicas y desesperadas. —Lorenzo terminó la frase con cansancio.

—Suponiendo que eso pasó, no podemos confiarnos. —John miró por décima vez las grabaciones. —Debemos buscar otra manera de acercarnos a Rodríguez.

—No comprendo porque no vas con todo tu equipo personal de SWAT hasta su casa y terminan con esto. —exclamé irritada, obtuve miradas incrédulas—¿Qué? —los miré desconcertada —No me juzguen por estar preocupada. Por si no lo saben, han pasado semanas... mi mamá puede ya estar muerta.

Dios, no sé porqué era tan sensible. Me molestaba sentir ese pequeño nudo en la garganta que arruinaba mi templanza. Todo cada vez se estaba complicando más, visualizaba cada hora más lejos el rescate de mi madre.

Cameron, quien estaba pasando por la habitación hacia el garaje, se detuvo con las manos en los bolsillos y me miró.

—Es una pelea entre carteles de droga, niña. —dijo con rigidez—No una discusión con tu novio.

—¿Y quién rayos te está preguntando a ti?

Soltó una risa—Cierto, al fin y al cabo, no es a mí al que quieren colgar de un puente.

Me acerqué a él con enojo.

—¿No estás ni un poco preocupado por tu primo? ¿Tan siquiera por Alec? —pregunté incrédula.

Hizo un gesto pensativo mirando al techo, luego se encogió de hombros.

—Me preocupaba que se llevara mi auto y manchara de sangre el cuero de los sillones, pero teniendo en cuenta que está sano y salvo en el aparcamiento, —sonrió de boca cerrada—mi única preocupación por ahora, es que no te desvíes de mi camino para ir a buscar mi almuerzo.

Puse los ojos en blanco—. Espero que pienses en alguien más que en ti mismo en algún momento de tu insignificante vida.

Sus ojos se entrecerraron levemente, y luego volvió a sonreír con chocancia.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now