Capítulo 21 ✓

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Salimos al aparcamiento donde estacionamos los autos, esa parte de la casa se utilizaba también como centro de vigilancia —o centro de chupa pollas le digo yo—, para mi beneficio, no se encontraban los guardias por ningún lado, así que era un buen lugar para una conversación privada.

—Bueno, te escucho. —me volteé hacia él con los brazos cruzados y mantuve mi ceja levantada. Noté como los nervios de Alec se encontraban encapsulados en sus manos, ya que no paraban de temblar—Hey, cálmate niño. No pienso matarte. —aseguré.

Él asintió con la cabeza y dio un largo suspiro. Rodé los ojos, ya me estaba obstinando.

— ¡Habla de una vez, joder! —exclamé irritado haciendo que su cuerpo se sobresaltara.

—Okey, okey... —tragó saliva—. Al estar en el segundo puesto de control de Rodríguez, pude escuchar mucho de sus planes y como empezaban a organizarse para una guerra entre carteles.

Asentí con la cabeza lentamente—. Me estás dando la vuelta, Alec. Ve al grano. —lo miré con seriedad.

—Nick soltó la lengua, Cameron. —dijo alterado, ladee la cabeza —Le dio la ubicación del primer punto de control del Cobo. —mis ojos se abrieron. Maldito infeliz, sabía que nos confiaríamos y no íbamos a pensar en movernos de sitio para poner a salvo a Abril—Pero eso no es lo peor...

—¿Qué es lo peor, Alec?—le pregunté disimulando mi temor.

Miró hacia los lados—, el día de la grabación en vivo, llevaron a Amelia a un sótano. Pero aunque yo estaba en una celda lejos de todo, —tragó saliva—escuché a Nick dar la orden de que llevaran el cuerpo al deshuesadero que está a las afueras de Culiacán. —bajó la cabeza—Desde ese día no vi más a Amelia...

Sentí como mis uñas empujaban la piel de mis palmas con la intención de hacerme daño, el enojo lo trataba de mantener en mis manos envueltas en puños porque no era prudente asesinar a alguien ahora.

Me recargue de la pared y me incline un poco con mis manos en las rodillas, no creí que una noticia como esta iba a caerme tan mal. Esto no puede ser posible.

¿Amelia está muerta?

Varias imágenes me pasaron por la mente, imágenes depravantes y sucias de cómo pudo sufrir antes de que la terminaran matando. Si, puede que sea un asesino, pero existen algunas cosas me he prohibido realizar, y nunca le pondría una mano encima a una mujer sin su consentimiento, mucho menos para hacerle daño al punto de torturarla. Sentí como mi estómago se revolvía y mis ganas de matar a mi jodido primo comenzaban a sobresalir.

—Abril no debe enterarse de esto. —me acerqué a él y retrocedió. Quizás mi semblante había cambiado—Debemos avisarle a John.

Me di media vuelta para entrar a la mansión y encontrar a John, pero agarraron mi muñeca y me hicieron voltear nuevamente.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNOù les histoires vivent. Découvrez maintenant