Capítulo 46 ✓

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Un dolor en mi pierna provocó que abriera mis ojos con dificultad, volteé con sobresalto cuando me di cuenta que estaba amarrada de pies y manos, no había nadie conmigo detrás, el conductor tenía un pasamontañas y el copiloto igual

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Un dolor en mi pierna provocó que abriera mis ojos con dificultad, volteé con sobresalto cuando me di cuenta que estaba amarrada de pies y manos, no había nadie conmigo detrás, el conductor tenía un pasamontañas y el copiloto igual.

Entonces no había sido un sueño...

Mairus.

Chelsea.

Dios, había asesinado a un hombre.

—La cría durmiente despertó. —comentó risueño el conductor—En el momento perfecto.

—Así es, hombre. —respondió, de la misma manera divertida, el otro tipo—Deberías voltear y mirar la carretera, pequeña. Para que te deleites con la muerte de tus amigos.

Arrugué mis cejas confundida, pero sin saber por qué, hice lo que dijeron.

Mis lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas cuando observé a los chicos luchando por acercarse a nosotros en el auto que Cameron había tomado para ir a Nuevo León, Lorenzo se encontraba sentado en la ventana disparando a una de las camionetas que estaba del lado izquierdo de nosotros, Emerik había lanzado una de esas granadas que le había regalado Alec e hizo explotar en ese momento a la camioneta de la derecha.

Sonreí con alegría, estaban luchando para rescatarme. Ya, en esta etapa de mi vida, no quería pensar en lo que podía pasar mañana, en las consecuencias de estar metida en esta vida, ni siquiera en lo que sería de la relación con Cameron.

Solo quería estar con las personas que se habían convertido en mi familia, y esas personas eran los chicos.

Mis labios se curvaron cuando observé que el auto se acercaba más y más, estaban por lograrlo.

Pero luego, repentinamente, el copiloto del auto donde me encontraba sacó la mitad de su cuerpo por la ventana y comenzó a dispararles a las ruedas. Me acerqué a él y comencé a golpearlo como pude, para tratar de que dejara de disparar.

Todo pasó en segundos; el sonido del auto derrapando, los constantes disparos del hombre a los chicos, y el sonido de las partes metálicas estrellándose con un árbol me hizo gritar, no podía creer lo que estaba viendo.

Mis mejillas estaban empapadas de lágrimas, no podía evitar pensar que quizás estaban muertos por mi culpa.

Negué con la cabeza, golpeando el cristal de la ventana una y otra vez.

¿Por qué todo tenía que salir mal? ¿Por qué las personas que amaba tenían que salir lastimadas?

—Bueno, suficiente espectáculos por hoy. —volteé mi atención hacia él—Es hora de dormir, cría.

Su puño cerrado se estampó en mi rostro, haciendo que tambaleara mi cuerpo y me dejara caer en el asiento, totalmente inconsciente.

Su puño cerrado se estampó en mi rostro, haciendo que tambaleara mi cuerpo y me dejara caer en el asiento, totalmente inconsciente

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Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang