Epílogo ✓

1.8K 94 25
                                    

Agosto, un año después

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Agosto, un año después.

—¿Desean otra cosa? —preguntó con picardía seguramente dirigida hacia él, resoplé y me incliné hacia el asiento del piloto, teniendo una mejor vista de la ventanilla.

—Sí. Que nos entregues la maldita comida y dejes de follarte a mi novio en tu mente. —lancé, luego le sonreí falsamente.

Las risitas se escucharon por la parte de atrás, mientras que el rostro de la chica rubia se contraría y sus ojos se abrían como platos. Volteé con el ceño fruncido y los chicos se callaron, idiotas, para ellos todo era un chiste. Me reincorporé en el asiento con molestia, la gente no puede ser más imprudente y sinvergüenza.

—Vaya, nunca había visto a la pelirroja tan celosa. —dijo entre risas Emerik.

—Cosas que solo pasan una vez en la vida, mi buen amigo. —asintió con la cabeza Mairus.

Puse mis ojos en blanco.

—Como no estarlo—me defendí enojada—, se lo comía sin ningún pudor frente a mí como si se tratara de una hamburguesa con doble queso. —miré hacia la ventana.

Los chicos rieron, mientras sentía la penetrante mirada de Cameron encima de mí. Hace meses no hubiera actuado de esa manera frente a los chicos, y siendo sincera solía marcar muy poco mi territorio con Cameron en público ya que no salíamos mucho de casa.

Pero esta vez era diferente, la chica con ojos de búho se parecía demasiado a Nadia, y tan solo pensar que está alrededor de nosotros me hace sentir incómoda.

Cameron me afirmó que ella había sido encerrada en una institución mental en Canadá después de asesinar a tres ancianos y afirmar que había sido su hermana melliza, Dania.

Al principio no le creí, puesto que era una completa locura. Días después las noticias justificaron el comentario del rubio.

—Si te hace sentir mejor, rojiza... —volteé a mirarlo, él se había inclinado para acercar su rostro hacia mí y sonrió de lado— Solo pretendo que me comas tú, seré tu hamburguesa con doble queso personal. —me guiñó un ojo y solté una carcajada.

Me encantaba cuando Cameron decía cosas de ese estilo, porque su porte era tan fuck boy/no creo en nadie/soy muy rudo que cuando mostraba su lado divertido y tierno era digno de recordar.

— ¡Iugh! —exclamó Mairus desde atrás—. Nada de sexo en el auto, por favor. No somos tan degenerados para aceptar porno VIP.

Todos rieron nuevamente. Luego de que la cajera —perra— nos entregara lo que habíamos pedido, Cameron salió del parking de McDonald hacia una cafetería poco reconocida pero amada por nosotros.

—Tenemos que regresar. —dijo Emerik.

—¿Estás loco? No daré la vuelta. —Cameron negó con la cabeza—No quiero que Abril me corte la polla solo por ser amable con la cajera.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now