Capítulo 5

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Si esta mañana me hubieran dicho que iba a tener que obedecer las órdenes de un criminal, malhumorado, con una posible enfermedad pulmonar a causa de su obsesión por la nicotina y que lograría recrear una de las escenas de Rápidos y Furiosos en la vida real, me hubiera carcajeado hasta morir y probablemente hubiera mandado a la mierda a la persona.

—Sujétate bien.

Acto seguido con un movimiento veloz, el auto derrapó quedando frente al capó de la camioneta negra. El movimiento brusco tomó por sorpresa al conductor, y me dió tiempo de pensar en algo para no sentirme tan inútil. Así que, tome el valor que tenía, saqué parte de mi cuerpo por la ventana y comencé a disparar a lo que pudiera atravesarse.

—Bueno, al menos no le estás dando al parabrisas. —escuché que dijo con sarcasmo, su concentración se mantuvo en desestabilizar a los hombres sentados atrás mientras yo distraía al conductor.

—¡Le di a uno!—exclamé con emoción. Le había disparado al copiloto cerca del pecho, disparé nuevamente hacia el caucho delantero y logré espicharlo, haciendo que la camioneta perdiera el control.

—¿Dónde aprendiste a disparar tan horrible pero con una habilidad irónicamente impresionante? —preguntó confundido.

—Creo que los videojuegos si me sirvieron de algo en la vida, a pesar de ser pésima en ellos. —comenté, lo ví asentir con la cabeza sonriendo.

—Gracias a los videojuegos, entonces. —dijo—Logramos escapar y descubrí que eres sexy con un arma en las manos, eso no se ve todo el tiempo.

Sentí como mis mejillas comenzaron a calentarse, puesto que era la primera vez que escuchaba algo como eso de su parte. Sin embargo, fuera del nerviosismo que me causó, me sentí victoriosa por saber que logré ganarme una especie de respeto de su parte por haber alcanzado el escape con éxito, lo que me hacía sentir bien conmigo misma. Quería hacer algo más que solo quedarme sentada mientras los otros cuidaban de mi.

Pero, siguiendo al enfrentamiento con las camionetas, todavía nos quedaba asegurarnos de que no salieran ilesos o al menos tuviéramos más ventaja que ellos para llegar. El cuerpo del copiloto se le abalanzó al hombre que estaba manejando, y esto hizo que el conductor perdiera el control repentinamente.

Cameron con un movimiento brusco al volante se devolvió a la posición anterior, dejando atrás la camioneta y esta estrellándose con un manzano.

—¿Cómo estás?¿Estás bien? —me miró por escasos segundos para devolver su vista hacia el camino, yo sonreí.

—No te preocupes, fue como una batalla de GTA para mí, pero tú estás vuelto un desastre. —confesé mirando lo sudoroso que estaba, él lanzó un par de risas, por primera vez a mi parecer, sinceras.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now