Capítulo 36 ✓

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—¿Tienes lo que te pedí? —Cameron llega a la sala de operaciones soltando esa pregunta.

Arrugué las cejas con confusión, esos dos estaban actuando muy extraño. No me causaban celos, la verdad que celos fue lo último que sentí al verlos juntos. Además de que se trataba de Angee, creo que la única persona que podía ponerme en defensa es la rubia plástica de la oficina, si mal no recuerdo su nombre era Nadia. Pero, volviendo al caso, Angelina literalmente odiaba al rubio, y que de la noche a la mañana tenga algún secreto en común me resultaba muy extraño.

—Si, aquí está la carpeta. —dijo, me miró de reojo y se la entregó.

Okey, esto ya es raro.

—Emerik, hermano, tienes que comer. —volteé mi mirada hacia la voz de Will. Este se encontraba de pie al lado del castaño con un plato de comida, ya habíamos almorzado luego de haber confrontado a Dominic, todos excepto él.

—No tengo hambre, bro—hizo una mueca de asco—, solo quiero desaparecer. —negó con la cabeza mientras descansaba los codos en sus rodillas y tapaba su rostro con sus manos.

De repente una idea llegó a mi mente, me acerqué hacia él con cautela y me posicioné en cuclillas.

—¿Quieres chocolate caliente? —toqué con delicadeza su hombro—. En días malos como este, el chocolate apacigua el dolor. —sonreí con amabilidad, él subió su mirada con sus ojos cristalizados y asintió un poco con la cabeza.

Dios, odiaba verlo tan mal. Emerik podía lograr verse ante los ojos de los demás muy intimidante, su adicción por los cuchillos era algo terrorífica e incómoda. Con sus ojos azules como un perfecto cielo despejado acompañados con algunas cicatrices pequeñas en lo que era su cuello, a simple vista piensas que alguien como él no siente empatía por nadie, pero cuando convives tanto con Emerik, te das cuenta que tiene un niño pequeño en su interior.

—Perfecto, iré a prepararlo con Omar. —le di un beso en la mejilla y caminé hasta la cocina.

Un jalón en mi muñeca me hizo voltear hacia atrás, encontrándome con Cameron mirándome, bueno, como siempre.

Inexpresivamente.

—Tienes serios problemas con la manera de mantener tus amadas reglas, ¿lo sabías? —dije con ironía.

Él puso los ojos en blanco.

—Y tú tienes una manera impresionante de golpear la dignidad de alguien que viene a disculparse. —dijo con el mismo tono de voz que elegí. No pude evitar reírme ya que, me parecía absurdo su comentario.

—¿Cameron Twist quiere disculparse por algo? Dios, tengo que grabar esto, ¿puedes repetirlo de nuevo? Le robaré el teléfono a Will para grabarlo, ya que, alguien con su temperamento se deshizo del mío. —me crucé de brazos.

Bajo las Reglas de un Criminal © (PASADO #1) ✓ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora