Capítulo 2

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¡Hola! Si estáis aquí, mil gracias por haberle dado una oportunidad a la historia ✨🤗

Por motivos prácticos, a los padres de Luna (Luis y Aitana de Canción desesperada) les hemos cambiado los nombres por Pedro y Ainara.

Ojalá os guste el capítulo 😘

A poca gente le gusta escuchar el sonido del despertador. A ella, depende del día. Hay mañanas en las que le cuesta mucho más empezar a levantarse. Sin embargo, muchas noches batallaría su propia cruzada contra su homónima para que deje paso al Sol y, por tanto, a un nuevo día.

Hoy es uno de esos días que está deseando empezar.

Por fin ha llegado su primer día de prácticas en un atelier de moda y no es cualquier atelier.

Su brillante expediente académico y esa entrevista que se preparó con ganas, le han hecho ganarse esa plaza que ofrecía una de las marcas de moda que, aunque pequeña, tiene un reconocido nombre en la industria.

Teme meter la pata con los nervios pues si algo la caracteriza, es su torpeza natural. Pero su padre se ha encargado de darle la noche anterior una de sus charlas motivacionales para hacerle creer que puede con todo.

A pesar de ello, sus ganas no evitan que, al levantarse enérgica a apagar el despertador, se tropiece con las zapatillas, haciendo que uno de sus mechones ondulados queden frente a su mirada. Suspira y se recompone. Al menos, no se ha llevado ningún golpe y eso es todo un logro.

Sin embargo, aunque lleva días pensando en la ropa que iba a llevar en su primer día para causar una buena impresión, gira sobre sí misma frente al espejo una y otra vez poco convencida.

Resopla al ver que, de tantas vueltas que ha dado en la cama para poder dormir, su melena no juega a su favor y no va a resultar fácil peinarla.

-¡Qué madrugadora, peque!-se atreve a hablar su madre después de haberla estado observando desde el marco de la puerta- De chiquitina eras igual. A veces nos preocupaba que durmieras tan poco, pero todo te hacía tanta ilusión que nos lo contagiabas y se nos olvidaba que nos tenías en pie a las 6 de la mañana. Estás preciosa- halaga con una dulce sonrisa.

-Sí, ya, mira qué pelo, mamá. Esto no tiene arreglo-resopla revolviéndose la melena con poco éxito.

-No desesperes antes de tiempo. A ver qué podemos hacer-le sonríe dejando un beso en su mejilla para después tirar de su mano hacia el baño.

Desde allí, pueden oír cómo en la cocina su padre está preparando ya el desayuno. Mientras, Luna no puede dejar de mirar fascinada en el reflejo del espejo cómo su madre coloca la segunda goma mordiéndose la lengua por el esfuerzo.

Las trenzas de boxeadora le han quedado de manual, como siempre.

-Así se te ve esta carita tan bonita-sonríe abrazándola para calmar sus nervios y llenarle la cara de besos que hacen que Luna ría entre sus brazos como cuando las piernas aún le colgaban del taburete en el que está sentada y su madre le hacía esas mismas trenzas para ir al colegio.

Cuando entran en la cocina, no puede evitar adueñarse de una de las tostadas que su padre acaba de colocar en la mesa

-Buenos días.

-¿Más tranquila?- se interesa su padre dejando una caricia en su cabeza.

-Bueno...- duda- no me ha despertado el despertador- confiesa mordiéndose el labio.

-¿Y Álvaro?- interrumpe Ainara ligeramente la conversación entre padre e hija al ver que su hijo menor aún no está desayunando- va a llegar tarde al instituto- expone- ¡Álvaro!- llama en un tono más alto.

El destino no siempre está escrito en las estrellasOnde histórias criam vida. Descubra agora