Capítulo 33

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Martín cierra los ojos tratando de grabar en su memoria ese momento. Nota la piel que cubre las costillas de Luna erizarse cuando sus yemas la rozan mientras respira tranquilo apoyado en su pecho aún desnudo, con los brazos de ella abrazándole el cuello dejando caricias a ciegas en su pelo y su cara.

Si siempre ha considerado el placer entre las sábanas algo espectacular, no deja de sorprenderle cómo el antes y el después son sensaciones a la misma altura.

Llegó a casa de Luna poco después de que Álvaro se fuera y devoraron la cena casi tan rápido como lo hicieron con sus pieles minutos después.

Luna es capaz de despejarle un día nublado con una sola sonrisa y casi no se atreve a moverse un solo milímetro para alargar ese momento eternamente.

Pero se deberían ir vistiendo porque Álvaro no tardará en llegar. Aunque con una capa de ropa entre ellos, sus cuerpos no se alejan demasiado cuando Luna alcanza su portátil y pone una de las tantas películas que tienen a medias y que nunca terminan de ver.

Desde hace un rato Luna no presta atención a la pantalla donde se reproduce la película. No deja de dar vueltas sobre sí misma y, como consecuencia, sobre Martín porque está apoyada en su cuerpo.

Él piensa que quizá está inquieta porque es hora de que Álvaro llegue y no quiere que les vea así.

- ¿Quieres que me vaya?-cuestiona enredando su mano en la melena de Luna.

- No, no- niega deprisa.

En realidad lleva desde que el reloj ha marcado las 12 esperando que Álvaro llegue. Pero desde hace media hora, que es el tiempo que ya lleva de retraso, le ha invadido un mal presentimiento que la impide estarse quieta

- Prefiero que estés aquí si no te importa- confiesa.

Martín sonríe con ternura ante la última afirmación y deja un beso suave en sus labios.

- Yo también prefiero estar contigo- contesta casi sobre sus labios- Seguro que está al caer-trata de tranquilizarla abrazándola más fuerte.

- Es que soy imbécil- reacciona cediendo a sus pensamientos- ¿Para qué le dije que sí?-resopla incorporándose para buscar su teléfono y marcar.

Es cierto que acordó con él que se podía retrasar unos minutos más de los que en principio pactaron con sus padres, pero no puede quedarse ahí tirada viendo los minutos pasar.

- Es que ni contesta-frunce el ceño preocupada cuando la llamada se corta.

- Tiene 16 años, es normal que quiera llevar la contraria- intenta tranquilizarla Martín- Seguro que...- prueba a inventar una excusa que justifique la ausencia de Álvaro.

Pero es el móvil de Luna vibrando, el que le interrumpe. La chica se lanza a contestar no sin antes mirarle extrañada porque el que le llama es Víctor y no Álvaro como en un principio pensó.

- Víctor, se te oye fatal- contesta frunciendo el ceño no logrando entender a su amigo- ¿Qué? No te oigo bien. ¿Álvaro?-repite asustada cuando oye el nombre de su hermano- ¿Álvaro qué? ¿Pero estás con él? ¿Está bien?- pregunta aceleradamente buscando encontrar respuestas que no llegan- Se ha cortado-mueve la manos nerviosa por el teclado tratando de recuperar la comunicación con su amigo- Joder, no me coge.

- ¿Qué ha pasado? -pregunta Martín preocupado por la reacción de la chica acercándose a ella.

- No sé, no le oía bien, pero algo de que se había liado por allí y que Álvaro debe estar metido-empieza a explicar de forma acelerada lo poco que ha entendido.

El destino no siempre está escrito en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora