Capítulo 44

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La verdad es que ha dormido poco y no ha parado en todo el día. Lleva detrás de Aitana toda la mañana y parte de la tarde, esperando que en apenas una hora todo salga tal y como ha imaginado.

Pero no es solo la presentación de la colección, donde va a salir a la venta por primera vez uno de sus diseños, lo que tiene su mente ocupada. Si es sincera, tampoco ha podido descansar porque no ha parado de reprocharse haberse quedado callada delante de Martín.

Necesita ponerle remedio y eso también ha ocupado parte de su insomnio porque sabe que sí o sí va a encontrárselo en un rato.

Se estira el top de nuevo y gira sobre sí misma una vez más. Ese conjunto le queda bien, lo compró con Emma y sus amigas no han parado de decírselo cuando les ha enviado la foto de su posible look de hoy. Duda, pero es al verse de nuevo en el reflejo del espejo y al recordar los mensajes de sus amigas cuando se convence. Puede que sea banal y superficial, pero quizá con este look puede llamar la atención de Martín de algún modo, aunque solo sea volver a gustarle físicamente.

- Cariño, tenemos que ir saliendo-se asoma Ainara a la habitación al oír a Luna aún abriendo y cerrando cajones- ¿Estás lista? ¡Qué preciosa!-exclama al verla girándose de nuevo hacia el espejo.

- ¿Segura?-insiste no del todo convencida.

- Te queda muy bien, cielo, además como ya estás cogiendo color...-le asegura su madre.

Entiende las dudas de Luna, no todos los días van a un evento de tal importancia. Pero la moda es el mundo de la joven y está segura que su criterio al haber escogido esas prendas tiene mucha mayor validez que cualquier opinión suya.

Además, estos días la ha notado más dispersa, dedicándole muy poca atención a la moda o al menos a la que ella vestía, porque lo cierto es que no ha dejado de trabajar. Supone que el trabajo ha sido un refugio en ese momento complicado para ella sentimentalmente y verla queriendo arreglarse solo puede verlo como un avance.

- Dadme unos minutos que voy a terminar de maquillarme, no tardo-indica queriendo creerse las palabras de su madre.

-¡Yo también quiero!-exclama Alba asomándose en la habitación interrumpiendo la conversación.

Luna es incapaz de negarle algo a su hermana, así que, con ayuda de su madre, pone empeño en cumplir las peticiones de Alba y que quede bien. Inevitablemente salen justos de casa teniendo que aguantar las quejas de Pedro por lo que puede suponer llegar tarde a la presentación.

Sin duda, exponer la colección como si fuera una de arte ha sido una buena idea. Cada prenda resalta de manera estratégica en la galería teniendo su dosis de protagonismo y, a pesar de que Luna lo ha visto mil veces mientras ultimaban los detalles, no deja de impactarla cuando accede al local con su familia.

Tampoco termina por acostumbrarse a estar rodeada de personas con miles y miles de seguidores en instagram, a pesar de que muchas son asiduas clientas del atelier. E incluso se sonroja cuando alguna a la que ha atendido previamente la saluda ante la atenta mirada de su familia.

Aunque apenas llevan unos minutos en la galería, su mirada no ha tardado en localizar a Aitana y juraría que incluso la ha visto señalarla desde la otra punta de la sala cuando colegas del mundo de la moda contemplaban su diseño.

Siente cómo la mano de Alba aprieta con fuerza la suya mientras alza la que le queda libre en la misma dirección en la que se pierde su mirada reconociendo orgullosa el vestido que sabe ha diseñado su hermana.

- Alba, no señales, cariño- llama la atención Pedro a su hija al darse cuenta que pueden provocar algún malentendido.

- Ahora nos acercamos a verlo si quieres- cede Luna ante la impulsividad de su hermana que contesta con una amplia sonrisa.

El destino no siempre está escrito en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora