Capítulo 19

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La irrupción en la prensa de los galardonados en el premio más importante a nivel nacional en el mundo de la moda, ha sumergido al atelier en un ritmo tan frenético durante los últimos días, que Martín prácticamente se ha mudado a la enorme mesa donde suele trabajar Luna.

El premio les ha traído muchas nuevas estilistas y clientas que quieren lucir un diseño firmado por la galardonada, además de las habituales que ya confiaban en la marca. Y, aunque pueda parecer fácil, a Luna no le está resultando tan sencillo cuadrar las citas en esa tabla que se ha preparado. Faltan horas y también manos. A Aitana le gusta atender personalmente a cada una de ellas, pero en esta ocasión no va a ser posible.

La revista que le ha otorgado el premio, también quiere un reportaje en exclusiva en el atelier en el que Aitana les muestre parte del corazón y los engranajes que le han llevado a alcanzar el éxito. Así que está centrada en reorganizarlo todo para que ningún detalle quede en manos del azar.

Martín está tratando de organizar las invitaciones y hacer llamadas que quedan pendientes. Además de tratar de que el ritmo del trabajo habitual del atelier no se vea afectado por una caída del servidor y no desatender a sus propios clientes por echar una mano extra a su madre.

Luna resopla antes de poner una sonrisa falsa y contestar al teléfono por enésima vez provocando que Martín, sentado a su lado, se ría.

- En cuanto pueda me pongo en contacto con ustedes para confirmarles el día y hora. Muchas gracias, que tenga un buen día- contesta educada y simpática antes de soltar el teléfono y suspirar.

Apoya los codos en la mesa y la cabeza en las manos mientras mira a la tabla repleta de colores que se le asemeja a un puzzle irresoluble.

- Me alegro mucho de que a tu madre le vaya tan bien- suspira algo sobrepasada- pero esto es un caos-niega con la cabeza buscando un lapicero con el que se hace un moño.

- Tú puedes, poco a poco lo vas a cuadrar. Ten paciencia-le anima Martín despegando la mirada de la pantalla.

Luna no está tan convencida y aparta la tabla con la que ya se peleará más tarde para seguir con la lista de tareas antes de que vengan la fotógrafa y el periodista a hacer el reportaje.

Tacha satisfecha una de las líneas de su lista de tareas pendientes y vuelve a la tabla justo en el mismo momento en el que Martín coloca su taza de café delante de ella.

- Gracias-agradece con una sonrisa a lo que Martín contesta quitándole importancia.

- Aunque quizá no es buena idea- intenta bromear- porque ya estás bastante acelerada y no paras de mover la pierna y darme pataditas-explica haciendo que Luna se sonroje.

- Perdón, no me he dado cuenta- se disculpa algo apurada- Es que no quiero fallar a Aitana con esto porque sé que es importante-dice bajando la mirada a ese caos de fechas y horas.

Una forma de reorganizar las citas cruza como un relámpago su cabeza y deja apartada la taza para tachar y volver a escribir frenéticamente en el folio. Omite por un instante cualquier estímulo que esté a su alrededor, incluido Martín.

Martín la mira divertido mientras termina su café, aunque no puede negar que ver todos sus rotuladores abiertos sobre la mesa le está poniendo nervioso.

No lo piensa y empieza a cerrarlos según Luna los va dejando sobre la mesa. Sus manos rozan cuando ambos van a coger el mismo rotulador y Martín lo suelta para que ella pueda utilizarlo.

- No sé cómo consigues sacar todo el trabajo con el lío que montas-dice Martín verdaderamente sorprendido con una sonrisa tratando de relajar el ambiente.

El destino no siempre está escrito en las estrellasWhere stories live. Discover now