Capítulo 21

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Luna juega con la cinta métrica que lleva colgada del cuello mientras espera a que Martín salga del probador.

A pesar de su insistencia, Martín se empeñó en acercarla hasta casa en coche el viernes después de que terminaran de trabajar y engulleran hasta la última miga de una de las peores pizzas que han comido en sus vidas entre risas y promesas de practicar para mejorar.

Martín le ofreció quedarse a dormir, pero Luna sabía que no habría estado del todo cómoda desde que, en el último momento, no se atreviera a ser valiente y acercarse a sus labios. Además, iba a ir con su madre por la mañana a hacer recados y tampoco quería que Ainara dé por hechas cosas que no son por mucho que a ella le gustarían.

Pero en ese viaje en coche, sí se atrevió a ofrecerle su ayuda cuando Martín comentó que tenía que arreglar su traje para los premios y que tenía dudas con la camisa.

Alza la mirada cuando oye la cortina deslizarse por la barra descubriendo a un elegante Martín que se acerca a ella.

- Es un traje muy bonito. Te queda bien-acaba balbuceando disfrazando sus palabras.

- Yo no entiendo demasiado de esto, pero fue caro, así que más le vale-bromea Martín deteniéndose frente a ella.

- ¿Vas a llevar estos zapatos? -pregunta señalando sus pies a lo que Martín asiente con la cabeza- Sí, hay que meterle un centímetro o así de bajo. Y necesita un buen planchado también-señala algo horrorizada mirando las arrugas.

- En realidad me lo compré el año pasado y no lo llegué a estrenar-explica Martín mientras Luna gira alrededor de él colocándolo la americana- ¿Con esta camisa?-pregunta haciendo que la chica se detenga frente a él y le estudie cruzando los brazos- La otra es azul clarito.

- Entonces esta de cabeza-indica Luna segura de sí misma y quizá más brusca de lo que pretendía.

- Sí, señor, a sus órdenes-bromea Martín y Luna se ríe negando con la cabeza.

- Quiero decir que seguro que la otra también es bonita y te queda bien, pero a mí me gusta más esta para traje-se corrige con tono dulce y pasándose un mechón por detrás de la oreja antes de agacharse junto a él.

Luna trabaja concentrada como si él fuera un maniquí más de los muchos que ha usado. Pero Martín no es de piedra y Luna coloca y recoloca el pantalón hasta quedar convencida de su trabajo haciendo que el chico tenga que tragar saliva en varias ocasiones.

- Puedes respirar, eh-indica Luna en tono de broma al ver que está conteniendo en aire- Es más, no dejes de hacerlo- pronuncia en medio de una suave risa.

Martín no puede evitar contagiarse de su risa relajando su cuerpo.

- ¿Así te gusta más?-pregunta Luna poniéndose de pie haciendo que se gire hacia el espejo.

- ¿A ti?-le rebota la pregunta a Luna porque él realmente prefiere fiarse más de su criterio.

- Sí, a mí sí. Cuando esté planchado quedará incluso mejor-asegura siendo por primera vez más meticulosa que él recorriendo el cuerpo de Martín con la mirada en el espejo.

Mientras Martín se vuelve a cambiar, continúa revisando que todos los vestidos que ya están terminados de arreglar estén correctamente etiquetados.

Se sobresalta al encontrar a Aitana apoyada en la puerta medio oculta por un burro.

- Hola-saluda algo sonrojada, no esperaba encontrarla allí y de pronto le asalta el pensamiento de que quizá hubiera preferido hacer ella el trabajo que acaba de hacer- Esto está casi terminado de revisar. ¿Necesitas algo?

El destino no siempre está escrito en las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora