Capítulo 25

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Camina por los pasillos del centro comercial prestando atención a cada uno de los objetos con los que se cruza. No conoce a Víctor desde hace tanto a pesar de que siente que le lleva esperando toda una vida.

Suena exagerada, lo sabe, de hecho, suele pecar de serlo. Por eso, ha recurrido a Luna. No quiere que su novio...¿son novios? Sí, su novio, se asuste por su intensidad. Ya tiene la reserva hecha en un conocido hotel de la ciudad para la noche previa al cumpleaños del chico, pero quiere tener un detalle con él.

- Víctor está un poco obsesionado con el deporte, quizá ahí encontramos algo- propone Luna- De hecho, me dijo el otro día que si me animaba a prepararme para un triatlón con él-ríe por lo descabellado de la idea- Parece que no me conociera desde hace años.

- ¡Claro!- exclama Lía interrumpiéndola- El otro día estuvo ojeando unos relojes de esos que te registran los tiempos, las pulsaciones y eso, pero no encontraba que fuera resistente al agua- recuerda teniendo de pronto muy claro lo que le puede regalar.

- Ves- le da la razón Luna- Tampoco necesitabas mi ayuda- ríe ante la ilusión desmedida de la chica.

- Jo, es que estoy nerviosa- admite mordiéndose la cara interna de su mejilla.

Luna no puede contener una sonrisa. Le produce ternura cómo debajo de la mujer segura e imbatible que es Lía, se esconde esa otra faceta mucho más vulnerable.

- ¿Crees que les voy a caer bien a tus amigos?- pregunta mientras se dirigen a la zona donde puede estar el reloj para Víctor.

- Creo que es imposible que le caigas mal a alguien- responde con sinceridad Luna.

- Te aseguro que te podría contar evidencias de lo contrario- rebate con rapidez- pero no me quiero echar piedras a mi tejado- contraargumenta.

Luna rompe en una ligera carcajada por la forma de expresarse de la chica.

- Va a ir todo bien- la tranquiliza- además, Victor habla muy bien de ti, ya con eso tienes muchos puntos en tu marcador- confiesa, porque es cierto que hacía tiempo que no veía a Víctor ilusionado con alguien.

- Bueno, pero tú no me dejes sola mucho tiempo- le pide agarrándose a su brazo- que a veces cuando me pongo a hablar...

- Tendrás morro- no puede evitar reprocharle- Si luego estarás pegada a él todo el rato, como en la fiesta de tu casa- recuerda.

- Bueno, pero estabas bien acompañada- rebate dando un golpe de cadera a Luna- Te quejarás de mi hermano- bromea provocando que el gesto de Luna cambie- ¿La ha vuelto a cagar?- pregunta sorprendida, casi ofendida.

- ¿Qué?- reacciona nerviosa Luna no sabiendo cómo interpretar esa pregunta de su amiga.

- A ver, en los premios fue un imbécil- empieza su discurso omitiendo casi la breve intervención de Luna- pero es que todo esto es nuevo para él, nunca ha tenido novia como tal y, sinceramente, creo que nunca se ha enamorado, o es tan contenido que lo disimula muy bien- habla cada vez a más velocidad- pero el otro día fuisteis a patinar, ¿no?- cuestiona.

- Sí- consigue responder más por instinto que porque esté siguiendo la conversación.

- Vino muy contento de la cita- afirma orgullosa- Cuando quiere es mono y todo.

Luna boquea y gesticula intentando ordenar la información que acaba de soltar Lía por la boca. ¿Ha dicho lo que ha dicho? ¿Lo ha dicho con certeza o simplemente son sus deseos los que hablan por ella?

- Madre mía...- suspira al ver el gesto de su amiga- Hay que daros un empujón, ¿eh?- bromea riendo.

- Pero...- hace amago de preguntar Luna.

El destino no siempre está escrito en las estrellasNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ