Capítulo 41

548 45 55
                                    

Hacía tiempo que no se despertaba tan resacosa. Le pesa el cuerpo casi tanto como la cabeza. Son varias las imágenes que pasan rápido por su mente y no sabe qué parte lo ha soñado, cuál ocurrió en realidad o si es solo su subconsciente jugándole una mala pasada.

Se maldice a sí misma por no haber bajado la persiana del todo y, antes de cubrirse de nuevo con la sábana, alcanza el teléfono para comprobar que es demasiado pronto como para levantarse.

Lo primero que ve es un mensaje de Martín. Es entonces cuando se da cuenta de que quizá no todo lo ha soñado.

"Oye, se nos fue de las manos"

Supone que el siguiente mensaje dice algo así como que fue todo un error y que no quiere volver a verla en la vida. Pero no llega a leerlo porque un recuerdo fugaz le cruza el cerebro tan rápido como ella se incorpora mareándose levemente.

Estaba borracha y no sabe muy bien por qué se lanzó a Martín, que no la rechazó como esperaba, sino que acabaron en el almacén entre gemidos. Unos gemidos que nublaron cualquier ápice de raciocinio porque cometieron lo que puede ser el mayor error de sus vidas.

A Martín le gusta tenerlo todo bajo control y le imagina nervioso paseándose por casa al ver que ha leído el mensaje y no le ha contestado. A Martín le gusta tenerlo todo tan bajo control, que no quiere pensar en la reacción del chico si recuerda lo mismo que ella.

Apenas le da tiempo a imaginar esa posibilidad, cuando su nombre ilumina la pantalla.

- Hola- saluda Luna con un hilo de voz provocando que Martín adivine que acaba de despertarse.

- Hola- intenta suavizar el tono de voz.

Anoche bebió mucho, anoche estaba enfadado, anoche pasaron muchas cosas, tantas que no ha podido dormir al darle vueltas a todas ellas pero especialmente a una que no sabe si Luna recuerda.

- Anoche no...- titubea.

Quiere decirle que la echa de menos y que, aunque le dijo que iba a ser la última vez que se lo preguntara, está dispuesto a volver con ella si quiere. Está dispuesto a tener esa conversación que llevan tanto posponiendo y empezar de cero.

Para él lo de anoche, a pesar de todo, significa algo. No cree que lo que pasa entre ellos sea solo un cuerpo a cuerpo. Pero aún no tiene las palabras para poder decírselo o al menos no encuentra el orden adecuado mientras ese rescoldo de conciencia martillea su cabeza.

- Lo hicimos sin condón, ¿no?- termina por preguntar abiertamente.

En realidad está casi seguro, recuerda con bastante nitidez el momento en el que se dio cuenta antes de que todo pasara demasiado rápido y Luna huyera despavorida.

Luna aprieta fuerte los ojos pensando en cómo pudo ser tan imbécil, mientras la impotencia trepa por su cuerpo. Últimamente no da una y toma decisiones malísimas que solo suman problemas a su lista, que ya es de por sí bastante larga.

El silencio de Luna incomoda a Martín, que la oye suspirar y respirar nerviosa al otro lado de la línea. Puede adivinar cada pensamiento autodestructivo que sabe que está pasando por su mente ahora mismo y, siendo completamente justo, lo que pasó es culpa de los dos y él está dispuesto a asumir su parte de responsabilidad.

- ¿Quieres que te acompañe a la farmacia?- se ofrece con un tono más tierno intentando rebajar en vano sus nervios.

Sabe que deberían hablar, pero después de no solo no haber sabido poner freno y haberse dejado llevar la noche anterior, sino de haber sido ella la que empezó todo. No quiere tenerle cerca porque sabe que su decisión de dejarle flaquearía y hacer daño a su hermana es lo último que quiere. Las cosas no pueden volver a cambiar ahora.

El destino no siempre está escrito en las estrellasWhere stories live. Discover now