Capítulo 5

668 42 71
                                    

Estaba de buen humor. Ha encontrado sitio a la primera y ha entrado saludando con una sonrisa inmensa a diestro y siniestro unos minutos antes de su hora de entrada. Estaba de buen humor, pero la sonrisa se le está empezando a borrar.

Luna se ofreció a hacerle unas fotocopias a Aitana, ya que las necesitaba en cuanto llegara al atelier para ir a una reunión posterior con unos patrocinadores. Sin embargo, no iba a poder estar en la oficina a primera hora.

Hasta hace unos minutos, Luna estaba contenta por poder hacerle un favor a su jefa y así sentirse útil, ya que en medio de ese entorno, a menudo se siente un tanto de prestado. Es una oportunidad que no deja de parecerle un sueño, pero está empezando a arrepentirse de su amabilidad.

No puede ser tan difícil hacer unas fotocopias, a pesar de que la máquina que tiene enfrente tragándose papeles sin sacar ninguno parece querer demostrar todo lo contrario.

Tiene ganas de empezar a apretar todos los botones como si estuviera en medio de un brote psicótico o incluso de patalear la máquina para que al menos así no funcione por algo. Sin embargo, sabe que esa no sería su mejor imagen cuando apenas lleva unas semanas como becaria. Gira sobre sí misma buscando una mirada amiga, pero no encuentra a nadie que conozca para que pueda echarle una mano.

¿Cómo puede ser tan inútil como para no saber hacer unas simples fotocopias? Vuelve a reiniciar la fotocopiadora, al fin y al cabo, es la solución que dan siempre cuando se estropea una máquina sea cual sea. Pero no parece ser la mejor de sus ideas, pues de repente empieza a emitir un pitido agudo y molesto que hace que Luna sienta que todas las miradas se centran en ella poniéndola aún más nerviosa.

- Creo que se ha atascado- le sobresalta a su espalda una voz conocida.

Martín lleva unos segundos observándola divertido pelearse con la máquina mientras se pasaba las manos nerviosa entre sus ondas deshechas y hablaba en voz baja consigo misma. Tiene que admitir que ha intervenido porque le daba la sensación de que Luna estaba a punto de pegarle una patada a la fotocopiadora. Y aunque sabe que esa máquina puede hacer perder la paciencia hasta al más paciente, también sabe que no sería una buena solución.

- Me he puesto nerviosa y he empezado a darle a todos los botones y creo...- empieza a explicarse apresuradamente después de girarse recuperándose del susto de encontrarle tan cerca de repente.

- Le pasa muy a menudo, tranquila- le explica con suavidad buscando rebajar el estado de nervios de la chica- Estamos esperando a que llegue una pieza que tienen que venir a cambiar-añade tratando de tranquilizarla.

- Espero que no haya destrozado los papeles de Aitana- suspira preocupada- supongo que serán importantes porque...- se lamenta Luna mordiéndose la mejilla por dentro, ya que no puede entender cómo tiene tanta mala suerte. Hasta cuando intenta por todos los medios hacer todo bien siempre hay algo en ella que le hace fallar

Martín abre la tapa de la máquina y, con bastante delicadeza, consigue llegar hasta el interior de esta, consiguiendo rescatar todo los papeles.

Luna se adelanta impaciente casi chocándose con su brazo para comprobar con un suspiro que están todos los papeles y sorprendentemente, todos parecen estar en buen estado a excepción de una pequeña mancha de tinta en el último.

- Respira, novatilla- bromea Martín sin poder contener una suave caricia en el brazo de Luna, que se arrepiente de haber hecho justo en el mismo instante que la realiza por haberse tomado demasiada confianza ya que a veces le recuerda a su hermana- no ha pasado nada, intenta colocarlos de uno en uno a ver si así no se aturulla cogiendo todos a la vez-le explica algo más serio señalando la bandeja para después teclear en la pantalla- ¿Cuántas copias quieres de cada uno?- pregunta ofreciéndose a ayudarle.

El destino no siempre está escrito en las estrellasWhere stories live. Discover now