Capítulo 22

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Mentiría si dijera que no es presumida o cuida su imagen. Pero, desde luego, no acostumbra a generar ese caos a su alrededor para decidir su look.

Lleva desde primera hora de la tarde probando con su madre diferentes peinados frente al espejo y es esta la que ha terminado maquillándola porque a Luna no le dejaba de temblar el pulso.

- ¿De verdad estoy bien?- insiste mordiendo su labio inferior mientras da una vuelta más sobre sí misma tras haberse puesto el vestido.

- Estás preciosa, bichillo- responde emocionada Ainara.

- Ponte en esa esquina que te saco una foto- le pide Pedro.

- Ay, papá, ni que fuera mi comunión- se queja muerta de vergüenza.

- Hija, no todos los días se va a unos premios- le recuerda su madre- Además, así se la enviáis a Alba- propone sabiendo la ilusión que le hará a la chica recibir esa imagen de su hermana.

Es el último apunte de Ainara el que hace que Luna se decida a posar en el salón para la cámara de su padre cuando el telefonillo les alerta, siendo Álvaro el que se adelanta a responder.

- Es tu novio- advierte a su hermana.

- Te he dicho mil veces que no es mi novio- se queja harta de esas suposiciones de su hermano que, aunque no lo quiera admitir, le empiezan a hacer daño.

- No le hagas caso- media Ainara ayudándole a comprobar que el vestido está en orden- ya sabemos que solo es un amigo con el que pasas muchas horas- expone con cierto retintín provocando las risas del resto.

- Y se le pone una sonrisa tonta- añade Pedro.

- Me voy- grita para intentar callarlos mientras ríen- sois odiosos y, además, también viene Lía- explica como si la presencia de la joven ya fuera requisito para invalidar esas suposiciones.

- No te vayas enfadada- la frena Ainara antes de dejar un beso en su mejilla.

- Disfrútalo, bichillo- desea su padre.

-Si no se lanza hoy, es que es tonto por muy listo que parezca cuando me da clase- advierte Álvaro cuando su hermana pasa por su lado.

Jamás admitirá en voz alta que lo ha pensado, pero hasta él puede ver que Luna hoy está especialmente guapa, quizá incluso utilizaría otras palabras si no fuera su hermana. Luna sabe lo que cruza la mente de su hermano y, por eso, no puede evitar curvar sus labios cuando le escucha.

Como tampoco puede evitar sonreír Martín cuando la ve salir del portal. Ya la vio envuelta en ese vestido en aquella prueba y, como en ese momento, su garganta se seca de nuevo.

- ¿Y este coche?- pregunta sorprendida al darse cuenta que el vehículo en el que está apoyado el chico no es el suyo.

- Para estas cosas nos mandan uno- explica mientras abre la puerta para que Luna se acomode en la parte de atrás con Lía- Espera, que te ayudo- se ofrece a ayudarla con el vuelo del vestido.

El corto trayecto pasa rápido amenizado por las palabras de Lía, que no calla contando a Luna algunas de las anécdotas que han vivido en eventos de este tipo. Aunque lo cierto es que Luna está mucho más concentrada en las miradas que intercambia a través del espejo retrovisor con Martín, que al monólogo de su amiga.

- Estás increíble- murmura Lía dándole un repaso mientras Martín habla con el hombre que da acceso al recinto.

- Tú también- le devuelve el piropo sincera- El verde resalta más tus ojos- señala lo acertado del color.

- Lo sé- admite confiada, provocando que Luna envidie esa seguridad que siempre parece tener la chica en sí misma- Siempre que hay eventos importantes escojo el verde- confiesa riendo.

El destino no siempre está escrito en las estrellasHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin