¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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La chica estaba realmente concentrada en presionar los botones correctos en el mando. Sus ojos se movían tan rápido como el personaje en pantalla, sus labios los mantenía sellados con fuerza y sostenía el mando con firmeza, poniéndose en la posición más cómoda posible para poder pasarse al jefe del video juego en el cual había estado atorada todo el día desde que empezó a jugar, había muerto más de ocho veces con el mismo boss, y no era sorpresa, pues Josuke la había retado a jugar en la dificultad máxima que era el modo "Dios de la Guerra", ella aceptó, no pensaba perder ante el azabache en esta competencia.
Era realmente divertido verla jugar, más por todas las expresiones y gritos que pegaba cuando algún combo no le salía o moría de nuevo. Después de un muy extraño y agitado verano, Josuke estaba disfrutando de un poco de calma en compañía de la chica que estaba sentada al lado de él en el sillón. Ambos se habían conocido gracias a Jotaro, ya que la había invitado a Morioh porque consideraba que sería una pieza clave para poder encontrar al asesino del pueblo, y así fue, su llegada fue de gran ayuda para todos ya que era muy buena haciendo investigaciones, además de que era hábil en el combate, por lo que no era que necesario que estuvieran todo el tiempo acompañándola para protegerla.
—¡NO ME LO CREO! —exclamó furiosa la fémina a la vez que se paraba abruptamente levantando el mando en alto, parecía que lo fuera a estampar contra el suelo, por lo que Josuke de apresuró a quitárselo—. ¡Odio este maldito juego!
—¿Estás diciendo que te rindes? —el pelinegro preguntó burlesco a la vez que ponía a salvo el control.
—¡Yo jamás me rendiré! Solo necesito un refresco. Vamos.
Sin pedirle su opinión, la muchacha lo agarró del brazo y salieron del hogar de los Higashikata en dirección a la tienda de conveniencia más cercana. Caminando por las calles de la ciudad, todo parecía calmado, la gente iba y venía, los edificios y árboles de mantenían testigos de lo que los humanos hacían, algunas mascotas caminaban al lado de sus amos, la vida transcurría con normalidad una vez más. No... mejor dicho la mayoría de los ciudadanos de Morioh siempre creyeron que vivían en paz, excepto por aquellos que le daban importancia a los asesinatos y aquellos que estaban haciendo algo para detenerlo.
Realmente fue una odisea complicada. De no haber sido por Jotaro nunca habría experimentado unas vacaciones como esas, y tampoco hubiese conocido a Josuke y sus nuevos amigos. Pero el verano de 1999 aún le tenía una sorpresa más.
La refrescante y burbujeante sensación del delicioso líquido de la tan amada gaseosa bajaba por su garganta refrescándola en el proceso.
