˗ˏˋ Shu ෆ DL ˎˊ˗

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           Sus agitadas respiraciones se mezclaban con el aire frío de la noche, las nubes cómplices de los actos que se llevaban acabo en tierra firme ocultaron a la luna detrás de ellas dejando la escena aún más en penumbras. A pesar de que el gentil viento refrescaba sus piel, seguía sudando como si estuviera corriendo en un día despejado, pero aunque tuviera que lidiar con esa desagradable sensación pegajosa no se daría por vencida, le emocionaba esto, había entrenado tan duro por tanto tiempo solo para que llegara la noche en la que probaría de lo que estaba hecha. Por otro lado, el vampiro de cabello rubio no se encontraba nada complacido con su actual situación, parece que le salió el tiro por la culta al saltarse las dos horas de examen, ahora tenía que lidiar con algo mucho más desagradable. En cualquier situación normal simplemente ignoraría a una humana tan molesta dejando que hiciese lo que le apeteciera hasta que se aburriera y se largara, sin embargo, esta vez las cosas eran diferentes, no podía darse tal lujo, no con una humana como la que se encontraba frente a él empuñando una peculiar daga.

—¿Qué sucede, Shu-kun? ¿Te preocupa que nos expulsen de la Academia por luchar en el patio trasero? ¡No te preocupes! Nadie se dará cuenta de que estamos aquí. ¡Así que pelea con todo lo que tengas!

           Al mismo tiempo de que jugaba con palabras sobre el estado en el que se encontraban, se abalanzó hacia el ojiazul una vez más en un intento de clavarle su filosa arma en el corazón, ataque el cual el rubio rechazó con el estoque que esa misma chica le había dado, ya que según ella no sería divertido enfrentarse a un oponente desarmado, como si sus habilidades de vampiro no fueran suficientes para enfrentársele. Al inicio de la batalla creyó que era una broma de mal gusto, se maldecía a sus adentros el hecho de que si de haber ignorado al chico humano que le insistió en que una chica lo buscaba, ahorita estaría cómodo en la sala de música como acostumbraba, aunque sabía que eso sólo atrasaría el día en el que se enfrentara a la muchacha. Cuando se percató que sus habilidades en combate eran superiores a las de cualquier humano promedio, sus sospechas e interés por saber la identidad de la individua aumentaron. Ella no sólo lo retó a una pelea de muerte por las puras, había sido realmente bien entrenada para enfrentarse a seres sobrenaturales, incluso era capaz de percibir en qué lugar aparecería luego de usar su habilidad teletransportación y así poder lanzar un peligroso golpe en ese preciso punto.

—¿Por qué sigues sin atacarme? —preguntó con un tono molesto, sentía que el vampiro la estaba subestimando— ¿Crees que podrás llegar a algún resultado positivo para ti solo defendiéndote?

           Con enojo evidente y sin previo aviso blandió su daga hacia una zona que no había atacado con anterioridad: su rostro. Shu fue capaz de reaccionar a tiempo, por lo que movió su cabeza hacia un costado evitando así que el arma lo lastimara con severidad, sin embargo, logró hacerle una cortada de considerable longitud en el pómulo izquierdo, cortando el cordón de sus auriculares en el proceso. El rubio saltó hacia atrás, esa rajada le dolía como el mismo demonio, esa daga no sólo era de plata, contenía algo más que era incapaz de reconocer. Fue entonces que los recuerdos y advertencias le cayeron repentinamente como un baño con agua gélida. Esto fue lo que necesitó para saber la identidad de la chica.

—Tú... —murmuró.

—¿Qué dices? —colocó una se sus manos en su oreja— Habla más alto, no puedo escucharte.

—Eres descendiente de la familia Van Helsing, ¿no es así? —aumentó el volumen de su voz, la dulce sonrisa con lo que lo había retado al inicio volvió a dibujarse en el rostro de la muchacha. 

—¡Diste en el blanco! —le festejó con un aplauso, Shun chasqueó su lengua.

           Sus recuerdos eran inequívocos. Hace muchos años, su madre le contó una historia sobre un sujeto llamado Gabriel Van Helsing, un famoso cazador de seres sobrenaturales que había rondado por el mundo desde el año 1400, él era la mayor amenaza para todos ellos y, a pesar de aún seguir vivo gracias a sus cualidades divinas por haber sido un ángel y la mismísima mano izquierda de Dios, al mezclarse con una humana la cual le concibió descendencia, se había dedicado a enseñar a sus hijos, nietos y bisnietos el cómo cazar, enfocándose principalmente en cómo defenderse por aquellos que se rehusaban a dedicarse a la caza de monstruos, ya que sabía que al ser de su sangre habrían quienes querrían hacerle daño a ellos también. Pese a que conforme las generaciones pasaban su sangre se veía cada vez más diluida con la humana, sus descendientes mostraban una extraordinaria capacidad de combate, aunque si pertenecían a una generación más nueva, les costaba mucho más trabajo el poder dominar dicho arte. Para suerte de Shu, ninguno de sus familiares llegaba a obtener la total fuerza que el Van Helsing original poseía, de haber estado en su destino enfrentarse a él, habría perdido desde antes de nacer. Una última cosa que su madre le había advertido con gran severidad, era que jamás bajo ninguna circunstancia debía beber la sangre de ningún Van Helsing.

LෆVE TRIP ──Anime One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora