¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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Sus manos temblaban, pero eso no le impedía lograr su corto objetivo, se estaba asegurando que todas las puertas que dieran hacia fuera y las ventanas estuvieran bien cerradas con uno o varios candados. Estaba bastante nerviosa, el corazón le latía a mil por hora además de que el pecho no le dejaba de doler; no estaba enferma, se había enterado de una noticia difícil de digerir.
Aventó su celular a la cama con descuido, después recargó su espalda encontrá de la puerta de su recámara y poco a poco se dejó caer hasta sentarse en el suelo y abrazar sus piernas.
"¿Cómo es que su prometido era parte de la mafia italiana? ¿Realmente significaba que él tenía que ver con las drogas y crímenes que se dan en el país? ¿Qué es lo que planeaba?" Esas preguntas no la dejaban descansar.
Lo primero que la perturbó fue el cómo se enteró de esta información. Un señor que parecía estar en sus treintas de aura tenebrosa y cubierto con ropa de pies a cabeza fingió chocar con ella al caminar por la calle. La joven llevaba un envase de café en la mano, el cual derramó accidentalmente con el misterioso hombre. Éste se enojó, y le exigió que pagara por arruinarle el saco ya que, según sus palabras, era demasiado caro. Se sentía bastante apenada, y su sola presencia combinaba con su voz fuerte y firme la amedrentaba, por lo que rápidamente aceptó. Se dirigió a un lugar con menos gente bajo la bandera de que tenían que llegar a un acuerdo de cuánto dinero sería, pero en vez de sorprenderla con una suma de dinero que le llevaría el un mes de empleo, se encontró con algo más. El hombre sacó un sobre con fotografías: era Bruno. Comenzó a contarle lo peligroso que era, que formaba parte de la mafia, y por último, la cereza sobre el pastel, la amenazó de muerte para que se alejara del Bucciarati, el señor que se encontraba ante ella también formaba parte de la misma mafia. Acto seguido, desapareció.
No había hablado con su prometido, estaba demasiado asustada, temía por su vida. Los alcances de la mafia eran más de lo que ella jamás se podría imaginar, pero se podría dar una idea de lo que le pudiera pasar si no acatara sus órdenes o si se encontrara en el lugar equivocado y el momento equivocado.
Su celular Nokia sonó y dio un pequeño brinco en respuesta, probablemente sería Bucciarati llamándola ya que esa misma tarde habían acordado almorzar juntos en un restaurante que él frecuentaba bastante. No contestó esa ni las demás llamadas que hizo, probablemente la vendría a buscar en algún momento.
Y así fue.
Pasaron dos, tres, cuatro días y la muchacha evitaba a toda costa encontrarse con el mafioso. Era la sensación más agria que alguna vez haya experimentado, ya que, pese a todo, lo seguía amando, no se podía engañar a sí misma. Una parte de ella le decía que se alejara, ya que no sabía lo peligroso que pudiese ser, la otra mitad de su ser simplemente no podía creer que Bucciarati fuera una mala persona, no daba esa sensación, siempre fue atento y gentil con ella, pero desgraciadamente la amenaza de aquel intimidante tipo la obligaba a elegir la opción de alejarse de él.
Pensó seriamente en mudarse de casa, tal vez incluso irse a otra ciudad, ¿pero de verdad serviría de algo? Es la mafia, la encontrarán si así lo desean, además, ella no quería irse ya que eso significaría que definitivamente estaría dejando a Bruno atrás, y no podría atreverse a hacerlo.
Un día su... ¿temor? Se hizo realidad, aunque estaba consciente que solo era cuestión de tiempo para que sucediera. Bucciarati la estaba esperando bajo un árbol que se encontraba cerca de su hogar. Podía intentar el irse discretamente antes de que notara su presencia y esperar en algún local a que se cansara y se fuera, pero no lo hizo, de hecho, con sentimientos encontrados, camino muy lentamente hacia él y no se detuvo hasta que la miró.
Lo primero que hizo Bucciarati fie abrazarla con mucho cariño, había estado muy preocupado por la falta de comunicación, creyó que en el peor de los casos algo malo pudo haberle pasado, y así se lo hizo saber. Los ojos de la muchacha se aguadaron y dejó salir todo lo que estaba cargando como si fuera una manguera a presión. No pensó en las consecuencias, lo extrañaba demasiado y estar entre sus brazos la hacía sentir la mujer más segura del planeta, no había manera de que se convenciera de que Bruno era malo.
Había llegado el momento de ser sincero con ella, y el de traje blanco lo sabía. Confesó a lo que realmente se dedicaba, claro está que no dijo nada confidencial que pudiera comprometerla a ella ni a su grupo, principalmente por seguridad. También desmintió varias de las cosas que aquel sujeto le había dicho sobre ser peligroso y crímenes cometidos, pues eran falsas, solo quería meter en un aprieto a la joven mujer.
—Siento mucho haberte ocultado las cosas —habló Bucciarati agarrándola de las manos—. No quería ponerte en peligro, pero al parecer las cosas no salieron como planeaba —su voz en esa oración refiriéndose al hombre que la buscó fue más contundente—. Si decides que lo mejor es separarnos lo respetaré; de lo contrario, te protegeré más que a mi propia vida para asegurar tu bienestar, no podría vivir con el tormento de que algo malo te pase —sus palabras eran sinceras. Se inclinó un poco tomando ahora su mano derecha donde aún llevaba la sortija de cuando se le propuso, en todo ese tiempo no se la había quitado. Besó con gentileza anillo de compromiso, pudo sentir sus labios hacer contacto con la piel de su amada.
La respuesta de ella era evidente. Creía en lo que le decía, confiaba en él con mayor libertad, y jamás lo había dejado de amar.
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