¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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—Ha sido una semana difícil —comentó Reigen dejando salir el humo de su cigarro a la vez de que hablaba—. Pero al menos ya podemos pasar un rato juntos.
La joven que se encontraba a su lado tomó el cigarrillo de los dedos del rubio, luego lo lanzó al suelo y lo pisó. Reigen no dijo nada, ella solo se acurrucó abrazando su brazo. Habían salido en una cita aquel día, cenando en un restaurante no muy caro y paseando un rato por el parque hasta que se diera el atardecer.
—¡Oh~! Pero si son una adorable pareja —se les acercó un vendedor—. ¿No le gustaría comprarle uno de mis hermosos ramos de flores a esta señorita? —le preguntó a Reigen, quien extendió una mano para que le entregara las rosas. Una vez que se las dio, se las entregó a su novia.
—¿Te gustan esas, preciosa? —ella solo asintió como respuesta.
—Son mil yenes —interrumpió el vendedor.
En ese instante Reigen sudó frío y tragó saliva, era un precio muy elevado para unas flores, aunque sí eran bellas no consideraba que fuera para tanto. Después de unos incómodos segundos el autoproclamado psíquico carraspeó su garganta y en un rápido movimiento le arrebató el ramo que le había dado, acto seguido sacó una sola rosa roja y le regresó el resto al vendedor quien lo veía anonadado.
"Qué tacaño." Pensó el tercero recibiendo las flores de vuelta, aunque la muchacha parecía aún satisfecha así se quedara con una rosa.
—¿Ahora cuánto sería? —preguntó Reigen sin perder la compostura.
—Quinientos yenes.
El rubio le entregó el dinero como si no fuera ningún problema, luego tomó a su novia de la mano e hizo que se marcharan del lugar con cierta rapidez.
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Fue un día como ese hace dos años cuando se conocieron. (TN) había acudido a él debido a que había un espectro que la seguía a todos lados, la atormentaba, no le dejaba dormir a gusto, le movía sus cosas de lugar, y la distraía de sus deberes. Cuando se encontró con Reigen en su oficina ambos tuvieron una fuerte primera impresión del contrario; ella lucía unas enormes ojeras, se notaba a kilómetros lo desgastada que estaba por el cansancio, y él le dio la impresión de ser un charlatán. Sin embargo, a pesar de estas malas cualidades, los dos sospechaban que había algo más que ser visto que solo apariencias.
