¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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Sus manos estaban ligeramente sudorosas, su corazón latía con tal fuerza que parecería que en cualquier momento rompería su pecho para salir corriendo y sus nervios estaban al máximo, pues en ese momento estaba a punto de declarar sus sentimientos hacia uno de sus amigos más cercanos. Frente a ella estaba Miya, quien no sospechaba prácticamente nada pues no le era raro encontrarse con ella al final de clases para ir juntos a casa. Solo que esta vez la razón de su encuentro era otra.
La muchacha le hizo entrega de un sobre blanco sellado con una calcomanía en forma de corazón, la típica presentación de una carta de amor. Dentro de ella, además de la hoja donde vertía sus sentimientos, había un brazalete que hacía juego con otro que ella tenía, pues ambos eran para ir combinados con ese accesorio.
Miya aceptó la carta, pero ni bien tuvo oportunidad de hablar cuando escuchó que un tercero llamaba su nombre. Era uno de sus entrenadores del instituto, le apuraba a que volviera al gimnasio pues tenía que dar otra demostración de patinaje en breve. El azabache se despidió apresurado de su amiga y torpemente metió lo que le dio en algún compartimiento de su mochila. La chica no tuvo más opción que ver como el joven del que gustaba se alejaba sin decir nada más, después de eso se dispuso a irse a casa junto con Takashi y otros amigos de Miya y ella.
Era normal pensar que al día siguiente Miya dijera algo al respecto de la carta, sin embargo, no fue así. Los días y semanas transcurrieron con normalidad, cosa que rompió el corazón de la muchacha, pues creía que no quería hablar de eso y optó por ignorar sus sentimientos. Si el azabache no hablaba de ello, ella tampoco lo haría, debía tener sus razones para no hacerlo y prefería no presionarlo.
Pese a la situación que pasaban, Miya seguía hablándole como de costumbre, como si ese momento nunca hubiese sucedido. (Tn) no sabía si estar feliz o triste por ello; feliz porque su amistad no se arruinó con el rechazo, pero triste de que solamente ignorara lo que pasó, y fue ahí donde no estaba segura de querer más una respuesta.
Justo durante ese periodo de tiempo Miya comenzó a ocuparse más y más con el patinaje de manera profesional. Poco era el tiempo que lo sobraba para estar con sus amigos como de costumbre, y esto provocó que las malas lenguas se dieran el lujo de decir lo que quisieran, más precisamente el grupo de amigos al que pertenecían el pelinegro y (Tn). Esto le molestaba y trató de hablar en nombre de Miya, no le gustaba escuchar que hablaran mal de él por algo que ella catalogaba como envidia, mucho menos siendo que el azabache los apreciaba a cada uno de ellos. Pero poco más de una oración fue suficiente para hacerla callar.
"¿Por qué lo defiendes? Desde entonces no haces más que mandados para él, pareces más su sirvienta que su amiga."
Guardó silencio. Takashi parecía querer decir más, probablemente el asunto de la carta, pero se detuvo justo a tiempo, tampoco era su intención herir sus sentimientos más de lo que Miya ya había hecho, pero si en algo tenía razón era en que últimamente Miya solo le hablaba para pedirle favores, llevarle algo al gimnasio, llevarle algún trabajo a un profesor, acompañarlo a hacer alguna cosa en la que necesitaría de su ayuda; no tenía problemas con ello, o eso creía hasta que Takashi lo señaló, no pudo evitar sentir dolor y tristeza, pues sí parecía más ser su asistente.
