¡Pequeñas historias con tus personajes favoritos de distintos animes! (xLectora ♀)
✓500k: 5 de junio, 2020.
✓1M: 14 de abril, 2021.
Los animes y personajes no me pertenecen. Créditos a sus respectivos mangakas/creadores.
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—¡Dueleee!
—Ya casi termino, si te mueves más solo lo harás más difícil y tardado.
La adolorida chica mordió la palma de su mano libre mientras el pelirrojo le cubría la herida que un usuario de stand enemigo le había infligido, se le notaba un poco del hueso de la mano y la sangre le escurría hasta los dedos, una vista para nada agradable, además de que estando en el desierto tan lejos de una ciudad era imposible acudir por ayuda médica profesional.
Limpió la herida con agua y pasando una gaza nueva por encima de la zona, por reflejo (TN) dio un pequeño tirón llevando su mano hacia sí misma, sabía que nada bueno saldría de moverse, Kakyoin lo hacía por su bien para que no se le fuera a infectar, pero no podía evitar moverse un poco cada que sentía un dolor agudo.
—¡Auch! Ugh... siento como si me fuera a desmayar... —dijo sintiéndose un poco mareada al ver la cortada de su mano.
—Intenta mirando hacia otro lado, encuentra algo que capte tu atención y te mantenga distraída.
La muchacha acató la recomendación de su compañero de viaje, trató de mirar hacia el cielo, pero no había nada más que el color azul y un intenso sol, luego volteó al horizonte, pero la arena cubría hasta donde su vista llegaba. Otra punzada de dolor le llegó y estuvo apunto de mover su mano cuando encontró por fin algo que llamó su atención, por alguna razón se puso a analizar el flamante color de cabello de su "médico".
"¿Siempre ha sido así de rojo...?". Se preguntó la chica mientras observaba perdidamente los cabellos de cerezo del chico.
En ese momento sintió algo más a parte de dolor, y esta vez no estaba relacionado con lo que pasaba en su mano, ahora lo sintió en su pecho, tuvo una taquicardia por unos cuantos segundos, después de que se fue esa extraña sensación le tomó un pequeño instante volver en sí. Para cuando salió del trance en el que ella solita había entrado, Kakyoin ya había cubierto la gaza con una venda y justo terminó de ponerla.
—Con esto bastará, tendré que curarte la herida una vez al día hasta que cicatrice, y trata de usar esa mano lo menos posible —levantó su vista hacia la chica—. Ten más cuidado, por favor.
Las fuertes palpitaciones regresaron cuando cruzó su vista con los ojos púrpura del muchacho y sintió un desesperante cosquilleo recorrer su cuerpo, por alguna razón su estómago se estrujarse acompañado con un poco de acidez.
