LෆVE TRIP ──Anime One-Shots

˗ˏˋ Seishuu Handa ෆ Barakamonˎˊ˗

—Ahhh~. Qué relajante es acostarse en el césped —dijo para sí misma (TN).

           Con la parte superior de su mano derecha que descansaba en su frente se tapaba del sol, admiraba el cielo azul adornado con algunas nubes blancas mientras una suave brisa soplaba haciendo que el cabello de la joven se moviera en sincronía con el movimiento del césped provocado por el leve viento. 

           Su momento de relajación duró hasta que oyó un tractor aproximándose, por curiosidad se acomodó ahora acostada de panza abajo apoyando su barbilla en sus dos manos.

— El abuelo de Naru —dijo al ver quien conducía el tractor—. Y un extraño... —esto era algo nuevo para ella, no venían muchos turistas a la pequeña isla donde vivía ella ya que no tenía mucho que ofrecerle a los extranjeros  y japoneses de otras prefecturas.

           El tractor del abuelo de Naru dejó de andar y el chico se bajó del transporte. El hombre viejo partió de nuevo, dejando al chico atrás, (TN) admirando toda la escena sin quitar los ojos de encima del extraño, llegó un punto en el que el chico al agarrar sus maletas para andar de nuevo topó accidentalmente con la mirada de la chica. Ella al darse cuenta de que se había sido atrapada mirándolo ocultó su cara rápidamente en el césped semi-alto.

"¡No puedo creer que me haya pillado viéndolo!" Pensó ella. Si pudiera verse en un espejo sabría que estaba roja de la pena.

           De nuevo reunida con sus amigas Tamako y Miwa se dirigían una vez más a su base. Una vez ahí se encontraron con la sorpresa de que alguien ya vivía ahí, o bueno, por lo menos era sorpresa para (TN), y aún más sorpresa fue cuando se enteró de que era el extraño que iba en el tractor del abuelo de Naru. Ella lo miraba mientras sus amigas discutían con él. Cuando finalmente se tomaron la libertad de andar por la casa como solían hacerlo como cuando estaba deshabitada, (TN) se quedó parada cerca de la entrada de la casa, indecisa si debería de irse o pasar, aunque la segunda opción era la menos adecuada ya que éste lugar no era suyo ya.

          La voz del muchacho provocó que saliera de sus pensamientos repentinamente.

—Oye tú. ¿Qué te crees estando ahí-

—¡(TN)! —lo interrumpió la voz de una pequeña niña que se lanzaba a los brazos de la joven— No te había visto en todo el día —hizo puchero.

—Lo siento Naru, estaba algo ocupada —le correspondió al abrazo

           El desconocido, quien se llamaba Handa, simplemente se sobó la cien con sus dedos índice y pulgar, mirando a la joven con la niña en brazos, estaba irritado y cansado por el viaje.