La reunión

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Las distracciones que Jessica ha tomado son las que la han mantenido cuerda en lo que cabe, lo sigue pasando mal sabiendo que perdió a Tiffany. Y aunque hace lo del ir al gimnasio y ahora agendarse salidas con esas amistades, en el trabajo todavía se queda detenida en momentos en los que le llega el golpe de realidad.

Aquel día la invadieron los pensamientos sobre que se ha vuelto a quedar sola, no tiene planeado volver a salir con nadie más, eso debido a que nunca volverá a amar como lo hizo con Tiffany y tampoco quiere aventuras, pues cuando las tuvo, no le trajeron cosas buenas.

Sabe que esta ocasión no vendrá nadie a rescatarla como cuando Nozomi la rechazó, no tendrá otra Tiffany en su vida.

Con esa invasión de pensamientos crudos se pasó la mañana, por la tarde comenzó a sentirse mejor, pensando en el tiempo en la noche que pasaría junto a las mujeres con las que va al gimnasio y la tarde se le iba más rápido. Incluso acordó recibir a la japonesa joven, Arisa, ya que ella no conoce el sitio al que irán y no quiere llegar sola, por lo que la chica llegaría a su oficina.

Lo sorprendente aquí para Jessica, es que Arisa se ha llegado una hora antes.

—Hola. —La joven la saluda animada y con una sonrisa, su rostro se le hace parecido al de alguien conocido, aunque no recuerda a quien.

—Que puntual eres, extremadamente. —Solo la ve confundirse— Una hora antes.

—¿Una hora? —Ahora la joven se ve preocupada.

—Quedamos a las siete.

—Creí que debía estar aquí a las seis, oh no, yo regreso en una hora. —Por sus expresiones de pena le saca la sonrisa a Jessica, la que le pide que se quede— Lo siento.

—No importa, solo cierro el trabajo que tengo aquí y nos vamos.

—De verdad lo siento, interrumpir aquí y antes, con todo lo que tienes que hacer.

—Cuando pudiste usar un maldito uber, solo quieres que sea tu chofer. —Le habla fríamente sacándole otra de esas expresiones que le generan gracia— Estoy de broma. ¿Quieres beber algo?

—Estoy bien.

—Si cambias de opinión avisame, tardare unos veinte minutos y nos vamos. —Jessica vuelve la vista a su computadora y a los pocos segundos la joven le pregunta si puede curiosear— Adelante.

Jessica cree que saldrá a los pasillos de la empresa, pero Arisa solo se dirige a la gran ventana que hay en la oficina y mira la ciudad, luego le pide permiso para hacerse fotos.

—Mientras no salga yo todo genial.

—En el bar tendrás que salir. —Arisa le advierte y Jessica solo expresa un ya veremos— Tu empresa es inmensa.

—Esta ni siquiera es la sucursal más grande.

—Oh... ¿Tú pagas los tragos de esta noche?

—Lo haré, iremos a un negocio que es de mi propiedad.

—Increíble.

Jessica sigue a lo suyo, apurándose lo más que puede y el silencio por fin se hace, aunque no dura mucho

—¿Puedo hacerte una pregunta? —Arisa es de las que habla mucho y eso solo hace que Jessica piense en alguien— Si no interrumpo.

—Está bien, pregunta lo que quieras. —Ya que los silencios le resultan incómodos y la pregunta que le hace es sobre qué relación tuvo con Nozomi en el pasado— ¿Ella te dijo algo?

—Que son amigas de hace tiempo, pero Nozomi no es coreana y ustedes parecen que se conocen mucho.

—Fue mi novia cuando éramos como de tu edad, y yo le pedí matrimonio. Ella dijo que no. —Ahora lo comenta con una sonrisa.

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