Fiesta! Fiesta!

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Escena retrospectiva

Mina hacía mucho tiempo que dejó sentir su invidencia como un peligro para su vida. Con la ayuda de Ray y con su buena memoria, la cual tuvo que entrenar por largos periodos para memorizar lo mayor posible, es que no ha enfrentado ningún problema en años. Por supuesto que aún sigue teniendo accidentes leves como chocar con objetos y algunas veces con personas.

Lo que ya tenía superado y no le sucedía era experimentar la sensación de pánico. Se halla todavía parada en el mismo sitio en que Momo la dejo, del que no puede darse idea donde es. Trae celular, sí, pero no quiere buscar ayuda o tendrá que dar explicaciones y cuando lo haga escuchara malos comentarios sobre Momo, es lo que menos necesita.

Todo el ruido exterior la está desesperando, sus lágrimas aparecen, su llanto mejor dicho y la combinación entre enojo y miedo la tiene bloqueada. No sabe cómo va a salir de allí y no desea resignarse y buscar ayuda llamando a alguien.

—Estoy aquí, deja de llorar. —Escucha la voz agresiva de Momo y lo único que quiere hacer es gritarle, pero carece de fuerza para ello y sigue llorando.

Momo no es tonta, la gente ya se está interesando dando miradas al paso, así que no hará la escena más grande.

—Te digo que dejes de llorar. —Vuelve a exigir, no usa tono de voz elevado pero si es agresivo— Mina basta, piensa un poco en mí, así es como me siento.

La mencionada se obliga a contener sus lágrimas y siente la mano de Momo tomar la suya.

—Agárrate de mi brazo, luego dices que te jalo. —Momo le dice y ella misma pone la mano de Mina tras su codo.

La menor sigue conteniendo sus lágrimas mientras avanzan a pasos normales, ni muy rápidos ni muy lentos. Los minutos se le hacen eternos para llegar al auto y es hasta que ambas están el interior, que no planea quedarse en silencio.

—¡¿Qué te sucede?! —Le lanza golpes los cuales Momo detiene— Casi me dejas allí.

—¡Pero ya volví! —Atrapa sus manos— ¡Cálmate de una puta vez y ponte en mi lugar! —La suelta dejándola sorprendida— También estoy lo suficientemente enojada.

—No te hice nada. —Le dice con voz quebrada.

—No estoy diciendo que es tu culpa. Estoy cansada de ser el objeto de burlas de las personas que te rodean.

—Eso es mentira.

—Nunca te das cuenta de nada, ni entiendes como me siento. Quizás deberíamos terminar. —Hace esa amenaza por indignación y lo que provoca es que Mina no pueda reaccionar— Voy a irme para dejar que te quedes con tus madres y ellas te consigan algo mejor.

—No quiero eso. —De inmediato le dice, no quiere perderla a pesar de todo.

—¿De verdad me amas?

—Sí lo hago. —Y pasa saliva con dificultad, dolida de que estén llegando a esa clase de conversación todo por una estúpida broma de su madre— No tienes por qué tomarte en serio lo de mi mamá, sé que está jugando y no es que la apoye, aun si me deja sin tarjeta, no es como que yo no trabaje. Tengo mi propio dinero, es nuestro. —Por primera vez hace esa clase de ofrecimiento con el que Momo se asombra.

—Tu no entiendes nada Mina, más allá del dinero es la manera en que me humillan. —Su molestia persiste— Nozomi sabía que cuando usará esa tarjeta iba quedar como una estúpida, lo hice y había mucha gente tras de mí, pasé una vergüenza. —Por eso se enojó de manera descomunal.

—No va a suceder de nuevo, me asegurare de traer efectivo y dejarle claro que no fue gracioso.

—No lo sé, lo voy a pensar. —Se hace la digna y no va admitir que se equivocó en casi dejar a Mina sola.

Nuestro Lado Oculto IIWhere stories live. Discover now