Capítulo 59: En tierra de nadie

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|Narra _______|


El tiempo que he invertido en estar con Tara se ha traducido en perder por completo la localización del Pelotón 5. No encuentro ni a Michonne ni a Carl. Tanto a Richard como a Jerry les he perdido por completo la pista, del mismo modo que ha Julia y a Bryan. Me encuentro en campo enemigo, más confundida que nunca. La muerte de Tara ha sido como una jarra de agua fría, que sin embargo solo ha logrado bloquearme. Siento que me cuesta respirar.

Me detengo y me apoyo contra una pared, con la pistola de mi padre en mano. Tengo que centrarme de nuevo y ser consciente de que o me muevo o lo pagaré con mi vida. Mi misión es proteger a Michonne y a Carl, Tara no se ha sacrificado para que me pare a lloriquear por las circunstancias que ma han tocado vivir. Me golpeo con la culata del arma, esperando que el gesto me traiga de vuelta a la realidad. Me separo de la pared y vuelvo a ponerme en marcha.

Avanzo entre los infinitos edificios, sin encontrarme con nadie. Activo todos mis sentidos, a sabiendas de que un descuido puede mandarlo todo a la mierda. Prosigo mi camino, teniendo únicamente a Carl y a Michonne en mente. Tengo que llegar a ellos y protegerles, eso es todo. Sigo sin parar, sorprendiéndome el hecho de que no haya nadie. ¿Acaso toda la guerra se está desarrollando en el centro de la comunidad? ¿Quizás en el flanco trasero? Verdaderamente no entiendo nada. Diría que estoy teniendo demasiada suerte, pero la imagen del cadaver sin vida de Tara me hace recordar que no es así.

Pienso en mi hermano y en mi padre, ¿estarán bien? ¿Se les habrá complicado la misión? El miedo que siento ante la perspectiva de perder esta guerra me hace replantearme muchas cosas. "Tienes que dejar de darle al coco", me digo. Entonces me topo con una escena desarrollándose ante mí. El resplandor de un arma disparándose me trae de vuelta a la realidad. Entrecierro los ojos tratando de distinguir la figura atacante, y me doy cuenta de que no reconozco la figura. Es enemigo.

Elevo la pistola y, sin siquiera pararme a pensar, aprieto el gatillo. El proyéctil le vuela la cabeza al que hace un segundo estaba disparando. Doblo las rodillas y trato de avanzar sin hacer ruido, siempre con el arma en alto y lista para defenderme. A estas alturas ya saben de nuestra presencia y el empleo del arco únicamente me perjudicaría. Una vez me hallo al lado del caadáver miro a un lado y al otro, sin encontrarme con nadie. "¿A quién coño estabas disparando?", pienso.

Es de noche y no cuento con la visibilidad necesaria para ubicar nada. Avanzo por el camino donde han ido las balas, esperando toparme con aquello que ha hecho abrir fuego al hombre que he matado. Miro al suelo y localizo un rastro de sangre. Lo observo y ojalá poder sentirme culpable de desear que pertenezca alguien que no conozco. Me encamino a seguirlo, con la esperanza de hallar a Michonne y a Carl sanos y salvos. Del mismo modo que trato de seguir el camino marcado con sangre, también vigilo mis alrededores. Sigo sin comprender por qué cojones no hay nadie, ya sea amigo o no. Me detengo en seco al escuchar unas voces.

Oigo a dos mujeres discutir en voz baja y pongo todo mi empeño en tratar de identificarlas, para saber si se trata de aliado o de enemigo.

– Tenemos que continuar, detenerse aquí es un suicidio.

— ¿Y le dejamos aquí? ¿Sin más? Ten un poco de empatía, joder.

— No es cuestión de empatía —Ese tono frío me suena, pero soy incapaz de asignarle un rostro—. Por si no te has dado cuenta, estamos en medio de una puta guerra.

Alguien chista, obligando a las mujeres a bajar la voz aún más, haciéndome imposible la tarea de seguir la conversación. Entonces hay tres personas que yo haya escuchado, aunque no se puede descartar la opción de que haya alguien más presente. Me debato entre ir a ver de quiénes se tratan o de proseguir con mi misión de proteger al Pelotón 5. Sé que ya he perdido demasiado tiempo, pero igual resulta ser alguien conocido que requiere ayuda. Han estado hablando de dejar a alguien ahí. ¿Y si es Carl? ¿O Michonne?

"Cállate y actúa", pienso. Y así hago. Avanzo con sigilo y levanto el arma. Me acerco lentamente hacia la esquina donde se sitúan las voces, las cuales prosiguen con su discusión. La cabeza me palpita con fuerza y el corazón se me agita en el pecho. Sujeto con aún más fuerza la pistola y el dedo índice me tiembla en el gatillo. Un paso. Otro. Uno más. Me detengo puesto que estoy a una zancada de toparme con ellos. Respiro hondo. Sin pensarlo más, doy el último paso. Trevor se separa de un cuerpo de inmediato y alza su arma, del mismo modo que Carol y Martha dejan de discutir para apuntarme ellas también. Todos nos quedamos en el sitio, con las pistolas en alto. Me tambaleo a causa del repentino subidón de adrenalina. Los cuatro nos miramos durante un par de segundos hasta que bajamos las armas, aunque lentamente. Me doy cuenta de lo muchísimo que me tiemblan las manos.

— ¿______? ¿Y el Pelotón 5? ¿No estabas con ellos? —Pregunta Carol, pero algo en su voz me falla.

— Tara ha muerto y he perdido a Carl y a Michonne de vista —Respondo y me sorprendo con la insensibilidad de mi tono.

Trevor me mira, pero ignoro sus ojos. Martha observa a Carol, cuyo rostro refleja una inexpresividad que resulta hasta escalofriante. Conozco lo suficiente a la mujer como para saber que ahora mismo se atiene a la misión que tenemos por cumplir y que ya habrá tiempo para llorarle a los muertos. Si ganamos la guerra, claro está.

— ¿______?

Una voz, casi de ultratumba, se hace oír. Es entonces que le presto atención al hecho de que hay alguien en el suelo, el cuarto sobre el cual estaban debatiendo las voces. Trevor se aparta un poco, haciendo más visible a la persona que se encuentra tirada en el suelo. Me percato que el rastro de sangre se detiene en el mismo punto donde se halla él. Siento algo extraño recorrer todo mi cuerpo, algo que ni siquiera se podría definir como miedo o angustia. Es incluso peor, más desagradable aún. Se me seca la boca y el cuerpo se me debilita ante la repentina presión que nace en mi pecho. El aire me falta y un profundo malestar se instala en mi ser. Contemplo estupefacta a mi padre y el charco de sangre que empapa su ropa, tiñiéndolo todo de un color oscuro y que huele a muerte.

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Aunque después de 183789 siglos, he actualizado.

Siento muchísimo el haber tardado tanto, pero es que he terminado el año de la uni, he cogido el puñetero COVID, después he empezado a trabajar y también quería disfrutar un poco de las vacaciones. Es decir, no he tenido nada de tiempo.

Sin embargo, here I am. Voy a tratar de subir capítulos los domingos y los jueves (a excepción de hoy, que es lunes) hasta mediados de septiembre, que vuelvo a la uni y donde me tocará reajustar horarios (aún más si me cogen en el nuevo curro).

Espero que os haya gustado el capítulo y que os hayáis podido ubicar aunque haya pasado tanto tiempo. Anyways, abróchense que vienen curvas.

No olvidéis comentar lo que os aparecido, qué creéis que va a suceder, si os queréis cagar en mí, etc.

Un besazo,

Mire.

DESPUÉS (2ª temporada de ¿SOLA?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora