DESPUÉS (2ª temporada de ¿SOLA?)

Capítulo 47: La alianza

|Narra  _______|

Trevor y yo caminamos hacia el comedor para cenar. No paro de preguntarme cómo habrá salido la conversación entre Martha, Emily y Ezekiel. "¿Habrá sido buena idea no haber estado en la reunión?", me planteo. A parte, hay otra cosa que me ocupa la mente. Bueno, mejor dicho, una persona. Todavía no he visto a Carl, y la mera idea me pone nerviosa. 

— ¿Todo bien? —Me pregunta Trevor. Le miro y asiento, sin terminar de convencerle.

Entramos por la puerta del lugar, todo el mundo parece estar muy ocupado con sus conversaciones o en terminarse la comida. Por un momento se me olvida que estamos en el fin del mundo. Visualizo en una mesa del final a Martha, a Jackson, a Ezekiel, a Rick y a Emily, que parecen no haberme visto todavía. Trevor me dice que va a sentarse con Paul, Michelle, y mi padre. Tom y Julia están en plan romántico en la misma mesa que Sammy, quien tiene a Judith sentada en su regazo, Bryan y Mike, los cuales no parecen muy cómodos con la situación. "Nota mental: preguntarle a Julia qué narices está pasando y por qué parece que le va a comer la boca a mi hermano", me digo a mí misma. Michonne, Jesús, Daryl y Carol están de cena de parejas. No entiendo nada. El resto del grupo de Rick se hallan dispersados en distintas mesas. 

— ¿Estás buscando a alguien? —dice una voz detrás de mí, no tengo que girarme para saber de quién se trata. El corazón me da un vuelco y me siento estúpida por ello. 

Me doy la vuelta y me encuentro a un Carl sonriente, el cual tiene que mirar ligeramente hacia abajo para poder encontrarse con mis ojos. Mientras el comedor sigue su curso normal, sin importarle lo más mínimo nuestra presencia, el chico de ojos azules y yo nos abrazamos. Por algún motivo pienso que este reencuentro es distinto, con una emoción de trasfondo que no logro descifrar. Siento como Carl envuelve en sus manos el material de mi camiseta. Me pierdo en el olor tan delicioso que desprende el chico y en lo a gusto que me siento en sus brazos. Nos separamos un momento, aunque nuestros cuerpos no están prácticamente alejados el uno del otro, y Carl coloca sus manos alrededor de mi mandíbula. Por un momento pienso que me va a besar.

— Te he echado de menos, señorita borde —me dice.

— ¿Enserio sigues con eso? —le pregunto sonriente, y no puedo ocultar una sonrisa—. Pensaba que era agua pasada.

— Jamás —me dice con una sonrisa. 

— ¡______! ¡Carl! —nos llama Rick, y nos volvemos para mirarle. Emily le da un golpe en el brazo y parece regañarle. El hombre inmediatamente parece arrepentirse de haber captado nuestra atención y nos mira de manera culpable.

Nos acercamos hasta su mesa y Jackson me saluda con una sonrisa, pese a tener la boca llena de albóndigas. Me sitúo al lado de Emily, con Martha en frente. Carl se sienta al lado de su padre, que está a la derecha de Emily. Jackson se encuentra a la derecha de su hermana y a la izquierda del señor con rastas y un tigre. 

— ¿Cómo ha ido la conversación? —pregunto con cierto aire de desinterés, para disimular mi inquietud ante toda esta situación, mientras Tara, que parecer estar al cargo de la cocina, nos trae la comida a Carl y a mí, guiñándome un ojo de manera amistosa. Miro a Jackson, y él me sonríe, tranquilizándome. Nos conocemos desde hace poco y, sin embargo, me conoce mejor que muchos.

— La verdad es que muy bien —responde Emily, a lo que Ezekiel y Martha asienten, indicando que están de acuerdo.

— Al parecer concordamos en muchas cosas —añade el dueño del tigre. Enserio, sigo sin creerme que tenga un puto tigre, lo siento.

La conversación enseguida cambia de rumbo hacia una menos formal, donde se habla un poco acerca de las comunidades de cada uno. Jackson y Carl parecen llevarse bien, y este último sonríe mientras el rubio le narra la historia de nuestra huida. Yo me limito a escuchar, feliz de la compañía que me rodea.