DESPUÉS (2ª temporada de ¿SOLA?)

Capítulo 21: Cambios (Especial Navidad)

QUIEN QUIERA PARTICIPAR EN EL CONCURSO QUE LEA LA NOTA DE AUTOR

Ahora sí, dejo de ser pesada y os dejo vuestro ansiado capítulo (PD: dejar de insistir cada vez que no subo capítulo. Si no lo hago es por un motivo).

|Narra   ________|

Ando cabizbaja y dolida por las calles de La Zona R. No me puedo creer lo que acaba de pasar. Ningún hombre me va a poner la mano encima y mucho menos el imbécil de Carl. Tengo suficiente combatiendo contra los caminantes y el fin del mundo para lidiar también con semejante retrasado. No me doy cuenta de lo absorta que estoy en mis pensamientos hasta que choco contra alguien.

- ¿_________? - La voz de Rick me reconforta de inmediato. Julia y Eva están a cada lado del hombre. Los tres parecen notar la presencia de sangre seca en mi rostro y las lágrimas porque sus rostros reflejan preocupación.- Dios, ¿qué coño te ha ocurrido?

- Nada. - Es todo lo que digo y trato de marcharme, pero Eva me agarra la muñeca.- De verdad, no me ha ocurrido nada.

- Y la sangre de tu cara es una moda nueva, ¿no? - Pregunta con sarcasmo Julia.- Venga, _______. Confía en nosotros.

Miro a Rick no muy segura de si decir la verdad. Carl es su hijo después de todo y, sinceramente, no tengo ni la menor idea de como va a reaccionar.

- Carl y yo nos hemos peleado. - Digo con sequedad. No tengo muchas ganas de volver a recordar lo sucedido.- Como podéis observar, lo verbal ha llegado a lo físico. - El rostro de Rick se convierte en una expresión de profundo enfado, sinceramente no me gustaría ser Carl porque este hombre se ve terrorífico cuando pierde la sonrisa.- No te preocupes, yo he sido quien de veras le he hecho daño.

- ¿Te ha puesto la puta mano encima? - Pregunta Rick y por el rabillo del ojo observo como Julia sale escopetada en dirección a la casa de Carl. Eva va detrás de ella, intentando alcanzarla.- Vete a casa, cielo. Lamento el comportamiento de mi hijo. - El hombre se pasa la mano por el pelo, sigue igual de enfadado aunque trata de hablarme con un tono de voz dulce.- Se va a enterar, te lo prometo ________.

- Rick, de verdad. No le dediques tiempo al gili... A una situación que no merece tanta atención. - Agacho la cabeza. No estoy muy segura de como va a terminar todo esto.- Ya me he encargado yo de hacerle daño, tranquilo.

Rick niega con la cabeza, gesto que no alcanzo a comprender. Decido marcharme porque estoy emocionalmente agotada. Cuando llego por fin a mi apartamento, me encuentro con Trevor sonriéndome y un gran desayuno servido en la mesa. Nada más verme, la curva de sus labios se transforma en un ceño fruncido. Se acerca a mí y me examina con la mirada.

- Explícate. Ya. - Dice apresuradamente y, de forma involuntaria, pongo los ojos en blanco ya que repetir la historia dos veces me agota. Trevor me limpia la sangre de la cara.

Aunque deteste hacerlo, vuelvo a contar la historia, omitiendo detalles y algunos hechos porque no creo que sean de gran importancia. Además, tengo una vida ajena al resto y no tengo por qué contarlo absolutamente todo. A Trevor se le tensa la mandíbula, da la sensación de que va a explotar en cualquier momento. Sin decir nada, me abraza y rompo a llorar entre sus brazos. No necesito que me respalden ni que me defiendan, solo que me apoyen. 

- Vamos a intentar ocupar tu mente un rato, ¿de acuerdo? - Me coge con suavidad de la mano y me lleva hasta la mesa. No me había dado cuenta de que tenía tanta hambre hasta ver los platos del desayuno. 

Tomo asiento y comienzo a devorar los huevos fritos, el pan -un tanto duro, pero delicioso ya que hacía tiempo que no probaba bocado de semejante manjar-, un vaso de zumo de naranja y unas tostadas de mermelada. Cuando terminamos, no nos movemos y decidimos quedarnos sentados hablando. Sacamos un par de anécdotas de cuando nos conocimos y nos reímos de estas. Sin saber muy bien cómo, ambos terminamos acurrucados en el sofá.