Capítulo 61: Ejercicios de memoria

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|Narra  ________|


"El Olimpo" se ha convertido en un terreno dominado por los muertos. Hay cadáveres por todas partes. Poco a poco la noche se acaba y los primeros rayos de luz del amanecer comienzan a hacer acto de presencia. ¿Cuánto tiempo llevamos en esta masacre? Verdaderamente he perdido la noción de lo que está sucediendo. Sin embargo, sé que el Sol no nos va a hacer ningún favor.

Carol, Martha, Trevor y yo avanzamos. Sigo desubicada y la imagen de mi padre empapado en su propia sangre no cesa de repetirse en mi cabeza una y otra vez, en un constante y agonizante bucle. Evito mirar los rostros de los cadáveres ya que estoy convencida de que ahora mismo sería incapaz de contemplar a otro de mis seres querido irse. Carol encabeza el Pelotón Tres y Trevor lo cierra. Yo me sitúo detrás de Martha, justo en la mitad de la escolta. La mujer que lidera se encarga de acabar con los muertos vivientes que se acercan en exceso a nuestra posición, Martha de que no haya nadie cerca y Trevor de borrar nuestras huellas en la tierra. 

Unos disparos irrumpen en el silencio de la noche que ya está por terminar. Nos echamos una mirada rápida y nos agachamos. Con las rodillas flexionadas avanzamos por el territorio enemigo, siempre alzando el arma. El ruido cada vez suena más cerca. Nos metemos por un callejón, Carol gira la esquina y de repente se escucha un disparo, acompañado después de montón de sangre que explota y empapa a la mujer que lidera el Pelotón Tres. Contengo el aire al ver a Carol retroceder a trompicones. No, por favor. Otra vez no.  

Es entonces que el cuerpo de un hombre desconocido cae a los pies de la mujer y me doy cuenta de que no es ella la que ha sido herida. El aire se escapa de mis pulmones en un suspiro de alivio.

— ¿Carol? —Esa voz masculina la reconocería en cualquier parte. Es Rick.

El resto de nuestro pelotón avanzamos y terminamos de girar la esquina. Me topo con la mirada confusa de mi hermano y, olvidándome de la circunstancia en la que nos hallamos, me lanzo a abrazarle, prácticamente llorando. Él me devuelve el gesto con la misma intensidad. Por primera vez desde que estalló la guerra siento algo de seguridad.

— ________, ¿estás bien? —Me pregunta con la voz entrecortada—. ¿Y tu pelotón?

— Mataron a Tara y les perdí de vista —Lloro, como si el volver a ver a mi hermano hubiese desencadenado otra ola de emociones. Estoy tan cansada—. Papá está muy mal, Tom. Le dispararon y había sangre por todas partes. 

Me echo a llorar como una niña pequeña, siendo, desde luego, bastante poco profesional. Para ser sincera, en este momento ya no me importa nada más que el no separarme nunca de los brazos de mi hermano, el único lugar que me parece seguro en medio de todo este maldito infierno.

— ¿Dónde está? 

— Nos pidió que le dejáramos, que nos fuéramos —Berreo—. Debí haberle ignorado, Tom. Debí haberme quedado con papá.

Tom toma las riendas de la situación, haciéndose valer como el hermano mayor que es. Me separa de él y me obliga a mirarle a los ojos. Sé perfectamente que a él le duele todo tanto como a mí, pero es Tom quien en este momento es consciente de que soy yo la que necesita patalear y llorar.

— Papá jamás te pide que hagas algo sin un buen motivo, así que hiciste bien en escucharle —Dice, con el tono de voz más serio y fraternal que le he escuchado en mucho tiempo—. Ahora necesito que me prestes atención, _______. ¿De acuerdo? —Asiento con la cabeza, con los ojos hinchados de tanto llorar—. Estamos en guerra, ya dentro de nada va a salir el sol y todo se va a terminar. Vamos a ganar, ¿vale? Es por esto que tenemos que estar más centrados que nunca. 

— Vale —Respondo con un hilo de voz, como cuando yo tenía seis años y me había caído jugando.

— Cuando acabemos con ese hijo de la gran puta, iremos a buscar a papá, que seguro que el muy vago sigue esperándonos —Suelta, haciéndome reír un poco—. Si logró sobrevivir una vez, ya te digo yo que de esta también sale. En esta familia nos encanta fingir muertes.

Decido tragarme sus palabras, aunque sé perfectamente que mi padre no va a salir de esta. Y presiento que él también lo sabe. Presto atención a mis alrededores y me doy cuenta de que Martha y Jackson están en una situación tan sumamente sentimental como en la que nos encontrábamos mi hermano y yo hacía tan solo unos segundos. Después de todo, nadie quiere estar aquí. Todos hemos perdido a alguien, llevamos ya muchas horas de conflicto y estamos agotados tanto física como mentalmente. 

Sammy me mira y se acerca para poner su mano sobre mi hombro, en señal de apoyo. Agradezco infinitamente para mis adentros este gesto.

— Se nos acaba el tiempo, una vez sea de día será fácil para ellos localizar las posiciones de todos nuestros pelotones —Sentencia Rick—. Tenemos que movernos, Jackson ya me ha dado el chivatazo de dónde se encuentra Mason.

En ese momento vienen los recuerdos a mí. La muerte de Eva, seguida de mi encarcelamiento en esta comunidad. El conocer a Jackson, la alianza con él, el ganarme la confianza de Mason, el casi matarle y nuestra huida. Siento que todo lo anterior ha ocurrido hace milenios, incluso como si la persona que hubiese experimentado todo aquello fuera otra. No obstante, me acuerdo a la perfección de esos pasillos interminables que recorrí en varias ocasiones para llegar a la oficina de Mason. Sigo recordando el trayecto. Cómo para olvidarlo, teniendo en cuenta que dediqué sudor y esfuerzo en memorizar cada giro. Es como si se me hubiese iluminado una parte que creía olvidada, como un rayo de esperanza para ponerle fin al asunto, acabar de una vez por todas con esta infernal guerra. 

— Jax, ¿te acuerdas de los pasillos? —Pregunto, tomando por sorpresa al hombre.

— Más o menos, todo es un poco difuso ahora mismo —Me contesta con sinceridad. 

— Si nos guías hasta el edificio donde estuvimos encerrados, de ahí puedo llevaros a la oficina de Mason —Afirmo. 

Jackson y yo nos miramos. Él estuvo muchísimo más tiempo que yo encarcelado. Sin embargo, mi objetivo desde el primer segundo fue acabar con la vida de ese cabrón, por lo que mi metodología siempre giró en torno al memorizar todos y cada uno de los paseos hasta la oficina de Mason. 

— Bueno, pues ya tenemos un plan —Decide Rick.


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⏰ Última actualización: Oct 10, 2021 ⏰

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