III. Es mi problema, no el tuyo.

2.2K 253 211
                                    


Ese domingo, Dazai llegó justo después del almuerzo. Fue un poco más tranquilo esta vez— no sufrió otro paro cardiaco en la entrada, incluso hizo todo el recorrido a la habitación de Chuuya sin admirar sus ojos. Y entonces, Dazai puso en marcha su plan.

Empezó con algo simple.

El castaño no era familiar con el arte del cortejo, aunque, usualmente, lo tenía admitir, era más fácil que esto, pues las chicas quedaban encantadas con él a primera vista, y eso siempre ocurría cuando daba el primer paso.

Su pelo.

Cuando corregía las respuestas de Chuuya, pasaba sus dedos entre su cabello, dejando su frente despejada y sus mechones desordenados. Por lo general, ese look despeinado era todo lo que necesitaba, pero increíblemente Chuuya lo estaba mirando mucho menos que antes.

Dazai frunció el ceño.

"¿Usé el teorema equivocado aquí?"

Momento de ir por el plan B. "Hace un poco de calor aquí, ¿no crees?"

Chuuya ni siquiera lo miró. "No lo había notado."

"Bueno," dijo el castaño suspirando, mientras tiraba de su suéter, "chibi no tiene nada de grasa en su cuerpo como para retener el calor, y probablemente es un friolento."

Eso hizo que Chuuya automáticamente levantara la vista de su cuaderno, con los ojos entrecerrados. "¿...Hah?"

Dazai le sonrió inocentemente, desabotonando los puños de su camisa. Enrolló sus mangas hasta los codos, mostrando como los músculos de sus antebrazos se flexionaban cuando movió su mochila de un extremo de la mesa al otro (algo súper necesario, no es como si estuviera realizando algún baile de apareamiento bizarro en medio de una sesión de estudio, por favor) "¡dije que estás en muy buena forma!"

"No," los ojos de Chuuya parecían no poder apartarse de los brazos de Dazai, aunque no lucía afectado ni distraído (lo que esperaba Dazai, para este punto de su juego de seducción), sólo un poco confundido. "me refería a la parte donde me llamaste chibi."

"Bueno," Dazai sonrió burlonamente, mientras trataba de no soltarse a reír, "¿cuánto mides? Para ser exactos."

Chuuya le da una mirada.

"1.60. ¿Eso importa?"

"No, no," (en realidad el otro se encontraba fascinado con esa diferencia de estaturas, y ya tenía en mente una lista entera de maneras en las que podrían aprovecharla una vez ellos– "pero soy 21 centímetros más alto, así que..." se encogió de hombros, "Perspectiva."

Chuuya le dedicó una mirada molesta, y por un momento Dazai se preguntó si había ido demasiado lejos, pero entonces el pelirrojo rodó los ojos y lo miró nuevamente. "Para ser honesto, esperaba que fueras un poco más delgado."

"¿Yo?" el castaño se cubrió la boca con la mano como si le hubiesen ofendido.

"¿Me estás llamando gordo?"

"Sabes que no es así, sólo que—" Chuuya hizo algunos gestos vagos, refiriéndose a los brazos de Dazai sin mirarlo. "Ya sabes". El rostro de sorpresa de Dazai fue rápidamente reemplazado por una sonrisita, acercándose un poco más al otro cuando revisó su trabajo.

"Oh." Dijo descansando su mano en la mesa, cerca de la de Chuuya. "Fui el tercer corredor del equipo de beisbol de mi escuela hasta el año pasado."

Chuuya lucía realmente sorprendido. "Nunca imaginé que practicaras deportes."

"¿Es porque soy de tipo 'lector'?". Ahora el pelirrojo lucía avergonzado. "Qué prejuicioso."

What's your name?Where stories live. Discover now