48.Los votos

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Dazai no puede respirar.

No puede pensar.

Simplemente—

Siempre, desde que ha sido un pequeñito, Dazai siempre se imagino cómo sería el día de su boda. Alguna chica en un vestido blanco— no tan bonita como su mamá, pero quizá estaría cerca de serlo.

Y ahora—

Es que no existen palabras para momentos como este.

Podría buscar una frase que encapsulara el sentimiento de ver a Chuuya justo ahora, pero no puede.

No hay sinónimos suficientes para la palabra 'hermoso'.

Y si los hubiera, le dedicaría todos y cada uno de ellos a Chuuya. El castaño nunca ha sido una persona abiertamente emocional. Generalmente parece serlo, sobreactuando sus emociones o pareciendo tonto— aunque usualmente lo hace para aligerar el ambiente. Aún así, no se conmueve fácilmente.

Pero justo ahora, esta a punto de llorar. No solo por el hecho de que la persona a la que esta mirando es espectacular, porque de hecho lo es— su traje blanco le queda perfecto, y su cabello está suelto, brillante, impecablemente acomodado alrededor de sus hombros.

Y no puede ignorar el hecho de que Chuuya hizo eso por él.

Vestirse de blanco, caminar hacia el altar frente a tantas personas— todo eso para darle una semblanza de lo que sea que haya fantasiado para su boda cuando era más joven. Y de alguna manera, cuando creyó que era imposible, lo hizo realidad, y eso hace que el castaño lo ame mucho más.

Llega al altar, y cuando lo hace, Chuuya esta agradecido de que Mori le entregue su mano a Dazai, porque sus rodillas se sienten temblorosas.

Aunque Kouyou tenía razón. No esta pensando en que alguien los podría estar mirando.

En el momento en que vio la mirada de Dazai, todo lo demás... simplemente dejó de importarle.

Dazai sostiene con fuerza sus manos, y le sonríe tan tiernamente, con lágrimas asomándose por las esquinas de sus ojos.

Chuuya le sonríe, gesticulando un 'llorón' con los labios.

Dazai resopla por lo bajo, porque se lo merece.

Chuuya se gira para mirar a Mori antes de que el doctor vuelva a su asiento, estirándose un poco para darle un apretón en el codo. "Gracias", le susurra.

Mori le sonríe, con los ojos llenos de emoción mientras le susurra un 'Cuando quieras' de vuelta.

El doctor toma asiento, y Fukuzawa se aclara la garganta. "Damas y caballeros, estamos r reunidos para celebrar la unión de estos dos..." la voz se desvanece poco a poco en fondo mientras Chuuya se concentra en Dazai. La forma en que le sonríe, en sus pulgares acariciando gentilmente sus nudillos, intentando ayudarlo a relajarse.

Y quizá Chuuya lo necesita un poco, porque aún hay un ligero temblor entre sus dedos.

La ceremonia no toma ningún rumbo religioso, y en lugar de una oración, Fukuzawa comparte historias sobre ellos. Sobre cómo se conocieron (excluyendo mencionar a Dazoo), el progreso de sus vidas juntos, y entonces— llega la parte que Chuuya temía tanto—

Los votos.

Dazai se estira, acomodando gentilmente un mechón de pelo rebelde detrás de la oreja de Chuuya antes de hablar.

Y no defrauda.

"Creo que hay algo que todos los que están aquí saben bastante bien," comienza Dazai, aclarándose la garganta. "era un niño terrible."

What's your name?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora