What's your name?

XXIII. ¿Eso es todo?

Al día siguiente, Dazai está esperando en el vestíbulo.

"Escucha—" Mori se abotona el abrigo. "—Es muy posible que beba demasiado y me quede esta noche. ¿Chuuya y tú estarán—?"

"Estaremos bien", Dazai pone los ojos en blanco, "últimamente duermo a metro y medio de un psicópata, ya sabes".

"Pero yo—"

"De verdad, Mori". Dazai le da una palmadita en el brazo. "Estaremos bien—dile a Fukuzawa-san que le deseo felices fiestas".

Mori frunce el ceño de mala gana. "De acuerdo. ¿Y Dazai—?"

Dazai levanta la vista, jugueteando con su manga. "¿Sí?"

La voz de Mori es firme. "Tráelo a casa a las diez".

Dazai jadea. "¡Estoy en la universidad! No necesito un toque de queda".

Su tío niega con la cabeza, cruzando los brazos. "Chuuya no lo es, y yo soy responsable de él".

"..." Realmente, se alegra de que haya un adulto en la vida de Chuuya que se preocupe por algo así, así que no siente que pueda quejarse. "Bien". Dazai suspira. "No es como si estuvieras en casa para imponerlo—"

"Pensé que dirías eso, así que se lo dije a Chuuya antes". Mori sonríe dulcemente, y Dazai frunce el ceño.

"¡He dicho que esta bien!"

"Bien", Mori le alborota el cabello. "Feliz Navidad, Dazai".

"Sí, sí..." Dazai refunfuña.

La puerta se cierra, y Dazai mira la madera oscura durante unos segundos antes de darse la vuelta. "Chuuya—", llama subiendo las escaleras, "¿estás—?".

Escucha la débil respuesta de Chuuya. "¡Ya voy!"

En realidad, Dazai intenta razonar consigo mismo, a las diez no es tan malo, puede trabajar con ello—

"¿Dazai?"

El chico mayor levanta la vista, siguiendo la voz de Chuuya hasta lo alto de la escalera, y—

Su disco se raya.

"¿Dazai...? ¿Estás bien?"

"Estoy—" su lengua se siente como papel de lija. "Yo—" Chuuya inclina la cabeza hacia un lado. "Estoy—uh—jodido"

"¿Qué?"

"Estoy fantástico. ¿Cuándo—?" Dazai se aclara la garganta, "¿cuándo conseguiste una chaqueta de cuero?"

"¿Eh?" Chuuya se mira a sí mismo. "Bueno, no saqué toda mi ropa de la antigua casa, y Mori dijo que tenía que completar mi armario antes de ir a la universidad".

Dazai tiene que enviar a su tío una tarjeta. Una cesta de frutas. Tal vez un día de spa. Y eso no es lo único. Desde que se conocieron, Dazai siempre tuvo la impresión de que Chuuya tenía otra faceta, una que el pelirrojo nunca se había sentido cómodo mostrando.

Y ahora...

"¿Te gusta?"

Dazai traga con fuerza, "Yo—"

Debajo de la chaqueta, Dazai puede ver un suave jersey azul oscuro que le llega a medio muslo, ajustado, junto con unos vaqueros artísticamente rasgados, y unas botas negras. Y por si eso no fuera suficiente para que Dazai no quisiera salir por la puerta, estaba el cabello. Chuuya tiene la mitad de él recogido y alejado de la cara, mientras que algunos trozos sueltos caen para enmarcar su rostro, y Dios, siempre ha sido así de hermoso, y Dazai no entiende cómo consigue tener un pensamiento claro con Chuuya cerca.