XXVII. Daddy Issues

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El fin de semana que había terminado, sería el último fin de semana pacífico que Chuuya tendría en un largo, largo tiempo.

Porque el siguiente domingo, estaba en la oficina del fiscal, luchando contra las ganas de aferrarse a las mangas de Fukuzawa como un niño.

"Aún puedes retirarte si es lo que deseas, ¿bien?" le recordó Fukuzawa suavemente.

Chuuya asiente, tragando duro. Lo sabe, obviamente.

Lo sabe.  Dazai se lo dijo al menos tres veces esta mañana por teléfono.

"Estoy bien." Murmura, empujando la puerta para abrirla.

La primera reunión no es tan mala.

El fiscal —Taneda— no es lo que Chuuya esperaba. Su cabeza calva y los lentes redondos lo hacen parecer intimidante al principio, pero la sonrisa cálida y el saludo de mano hacen que se relaje. "Nakahara-san— no tienes idea de lo feliz que estoy de tener la oportunidad de hablar contigo."

Chuuya asiente, apretando los dedos del hombre antes de soltarlo y sentarse, cruzándose de brazos instintivamente. "Chuuya está bien, no me molesta."

Taneda hace una reverencia con la cabeza respetuosamente, sentándose detrás del escritorio mientras Fukuzawa toma la silla a lado de Chuuya. "Por supuesto."

"¿Sabes por qué te pedí que vinieras hoy?"

Chuuya asiente, pues Fukuzawa se lo explicó la noche anterior.

Para cuando un testigo llega al estrado en la corte, ya han contado la historia muchas, muchas, veces. Para el fiscal, para la defensa, para su consejero, y todo inicia ahí. Diciéndole a Taneda lo que puede recordar y viendo si quieren tenerlo como testigo también.

"Sé que esto no es fácil para ti," Taneda pone sobre la mesa una grabadora de voz y una libreta, "pero estoy agradecido de que decidieras venir."

"Sí..." Chuuya traga duro, mirando a la hoja en blanco debajo de la pluma de Taneda.

Llenar ese espacio va a dolerle.

"Quiero que me lleves a esa noche, desde el principio." Taneda le pregunta suavemente, "ningún detalle es irrelevante. Quiero saber todo."

Todo

Chuuya sorprende a ambos cuando se estira para alcanzar la mano de Fukuzawa, sujetándola y sosteniéndola mientras habla. "Muy bien..." cierra sus ojos y exhala lentamente. "Todo empezó cuando llegué a casa de la escuela—"

Es difícil. Tiene que detenerse varias veces para guardar la compostura. Fukuzawa aprieta su mano, Taneda le da agua, y todo el tiempo que necesite.

Al final, Chuuya está pálido, tembloroso y exhausto.

"Eso..." mira al reloj, bastante sorprendido de ver que han pasado tres horas. "¿Eso va a ayudar?"

La hoja, después de todo eso, está llena— y la grabadora sigue trabajando.

Y Taneda se ve tan triste, "Sí, Chuuya— ayudará más de lo que te puedes imaginar. Lo estas haciendo bien."

 Chuuya asiente un poco, y lo que le dice el adulto lo hace sentir menos tenso.

"Tengo," Taneda se estremece, "que hacerte unas preguntas ahora, pero quiero que entiendas, que es para el contrainterrogatorio, no reflejan nada que yo, o alguien más aquí, piense. ¿Comprendes eso?"

Fukuzawa le había advertido de esta parte también, y Chuuya asiente.

"Bien..." Taneda toma sus cosas nuevamente y la primera pregunta que sale de su boca lo  golpea como un mazo.

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