XXXIV. Al descubierto.

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A la mañana siguiente se levantan temprano. Principalmente porque la abuela de Dazai quería preparar cangrejo gigante —el favorito de Dazai— para la cena, lo que implicaba ir al mercado de mariscos y peces justo después del amanecer.

"Entonces," Chuuya toma un gran trago de la cidra de manzana que Dazai le consiguió de un puestecito en la calle —es cálido, tiene un toque de canela, y le devuelve el calor al pecho mientras caminan por el frio aire de la mañana. "¿Algún gran plan para el día de hoy?"

"De hecho," Dazai sonríe, balanceando un poco más alto la bolsa de papel llena de cangrejos. "vamos a estar bastante ocupados."

Chuuya levanta una ceja, "¿Oh?"

Dejan los cangrejos en la cocina, y luego de eso, el castaño lo guía a la parte trasera de la cabaña.

"Es bueno que alguien haya empacado una muda de ropa de senderismo para ti." suspira dramáticamente. "Qué considerado de su parte."

Chuuya rueda los ojos— pero en verdad aprecia el hecho de que Dazai haya empacado una sudadera gruesa y amplia para él, porque hace mucho más frío de lo que esperaba, particularmente cuando se acercan a las montañas— además de un suave y cómodo pantalón, y un par de cómodas botas. En realidad, esperaba más o menos que Dazai tomara la oportunidad para hacerlo usar algo ajustado o lindo, pero la comodidad fue claramente su prioridad.

"Honestamente, estoy sorprendido," comenta Chuuya cuando llegan a la entrada del parque, mientras esperan que la góndola los lleve a la cima de la montaña, y así puedan descender. "¿Eh?" le sonríe Dazai, recargándose contra el barandal. "¿Pensaste que te iba a traer a las montañas y no te llevaría a una caminata?"

"No lo sé." Chuuya se encoge de hombros. "Personalmente, nunca creí que fueras del tipo que le gusta estar al aire libre."

Dazai levanta una ceja. "Demasiada charla para un chico que creció en la ciudad." dice el castaño burlándose un poco, mientras se recarga en sus codos. "Vine aquí cada verano mientras crecía."

El pelirrojo frunce el ceño. Ambos son atléticos— pero Chuuya siempre ha sido el más activo de los dos— así que simplemente asumió que sería él quien supiera más de estas cosas, aunque— las únicas veces que Chuuya se ha alejado de Tokio ha sido por competencias de Judo o para visitar a su familia en Yamaguchi.

Y ninguna de esas cosas ha involucrado mucho la naturaleza.

"¿Alguna vez has acampado?"

"¿Asumo que el patio trasero no cuenta?"

Dazai resopla, negando con la cabeza. "No."

Chuuya hace una mueca. "Tuve que armar una carpa y dormir afuera, eso cuenta."

"¿Pasaste toda la noche afuera?"

"..." Chuuya hace otra mueca y Dazai ahora esta sonriendo.

"Estoy seguro de que entraste de nuevo y dormiste en tu cama, ¿no es así?"

El rostro de Chuuya comienza a calentarse, y la imagen mental que tenía de él comienza a sacudirse— "No entiendo por qué eso tiene importancia alguna—"

"¿Alguna vez has ido a pescar?"

"¡Deja de hablarme como si yo fuera una especie de chico citadino y tu un jodido oso Grizzli!"

"Bueno, eres un chico citadino—"

"Tu también  creciste en Yokohama, ¿sabes?" dice Chuuya desmoronándose cuando llega la góndola. "Somos casi lo mismo."

What's your name?Where stories live. Discover now