XXXV. Un nuevo comienzo.

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Este capítulo marca el inicio del arco V de esta historia. Por favor, continúen disfrutándola.♥

Los siguientes cuatro días pasaron muy rápido. Bajaban a la playa, miraban películas con las primas de Dazai, hacían mandados para los abuelos del castaño—

Y tenían más sexo. Un montón de sexo. Porque ninguno de los dos parecía obtener suficiente del otro, especialmente ahora que los nervios ya no se interponían entre ellos.

El último día antes de que se fueran, Dazai se sentó en las rocas mientras Chuuya y sus primas miraban en las pozas de la marea, tratando de encontrar dólares de arena. Se sentía feliz de mirarlos desde donde estaba, particularmente ansioso por tomar la sonrisa feliz del rostro del pelirrojo.

"Ha pasado un tiempo desde que te vi usando mangas cortas." Dazai se anima, mirando de reojo la ligeramente holgada camisa hawaiana de color gris que esta usando. Las mangas le llegan casi a los codos, pero deja las vendas de sus antebrazos expuestas. "Fue un regalo de Fukuzawa-san," dice mientras se encoge de hombros, mirando a su padre, "y estoy de vacaciones, técnicamente."

Shuji sonríe con ironía. "Te vistes de acuerdo a la ocasión, ¿huh?"

Su padre viste una yukata azul, lo cual es un poco extraño, dado que no es una ocasión especial— pero también se ve relajado. "¿Necesitas ayuda con algo?"

"No, yo solo..." Shuji se sienta a su lado. "quería tener la oportunidad de hablar contigo antes de que te vayas."

Dazai asiente, recargándose sobre sus palmas. "¿Qué pasa?"

Él y su padre— las charlas entre ellos son pocas y superficiales. No platican, simplemente bromean todo el tiempo, y raramente son serios. "Ahora puedo ver la razón por la que eras tan serio con él." la mirada del adulto se fija en el grupo que esta en el agua. Los ojos de Dazai se posan de nuevo en Chuuya, y su corazón se encoge en su pecho. "Es especial."

Dazai sonríe, mordiendo un poco su labio. "Te lo dije."

Shuji asiente, tomando un respiro profundo. "Lo hiciste." se gira a mirar al chico. "Y— los he estado observando a ambos."

El castaño parpadea. "¿Lo hiciste?"

Su padre asiente, devolviendo su mirada al océano. "Tu has—" se aclara la garganta, "Has crecido un montón, junior."

Dazai se gira sorprendido. "¿Eso crees...?"

"Eres tan..." Shuji suspira, "bueno para él. Eso," se rasca la nuca, "me hace sentir endemoniadamente orgulloso." admite suavemente.

Los ojos de Dazai se inundan de inmediato, y su pecho se siente apretado.

"Tu siempre—" Shuji sacude la cabeza. "siempre te has parecido a mi, muchísimo, yo— estaba preocupado, porque..." cierra los ojos con fuerza. "Tu madre merecía mucho más de mí, y no quería que cometieras los mismos errores."

"..." Dazai se estira para apretar el brazo de su padre, con su pecho pesado y ligero al mismo tiempo. "No creo que ella se arrepienta ni un segundo del tiempo que estuvieron juntos."

Shuji se muerde el labio. "Bueno, esto no es sobre mi, en realidad." dice mientras niega con la cabeza,  buscando en los pliegues de su yukata. "Simplemente— estoy feliz de ver que encontraste a alguien que te hace querer se mejor." niega nuevamente. "Eso... no todos encuentran eso."

Dazai asiente. Sabe que es un suertudo. Y aún puede recordar el momento exacto en que decidió cambiar. Miraba a Chuuya, quien estaba llorando y empapado en lágrimas frente a su puerta, un año y medio atrás.

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