37. El Monstruito Verde.

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Kouyou esta radiante de orgullo con su birrete y toga de graduación, con los pies prácticamente despegados del suelo mientras Oda la sostiene, besándola a la par que los flashes de las cámaras se encienden. 

Chuuya es el siguiente, y la abraza con fuerza. "¡Lo lograste!"

"Después de un millón de años, ¡sí—!" le devuelve el abrazo a su hermano, apretándolo fuertemente. Es una pequeña multitud para ser una graduación de universidad, pues solo son ellos cuatro— su padre hizo FaceTime durante la ceremonia, pero volar desde Metz sería demasiado lejos.

Aunque a Kouyou no parecía molestarle ni un poco. Terminaron haciendo escala en un bar del distrito de Harajuku, con la chica luciendo un vestido azul entallado de cortes geométricos— una pieza de su colección senior. "Escuché sobre el empleo con Isse Miyake." comenta Dazai, tomando un sorbo de su wiski.

La pelirroja sonríe, recargándose en su silla, "Sakunosuke esta feliz— si tomo el trabajo en Osaka, solo estaríamos a una hora de distancia durante un año." el castaño asiente empáticamente. "¿Y qué hay de ti?" la chica ladea la cabeza, "Serás un graduado el próximo año."

Dazai mira hacia la otra esquina del bar, donde Oda y Chuuya ordenan más bebidas. Y no se esfuerza por esconder el deleite en sus ojos cuando se deslizan sobre las piernas de su novio— pero ese no es momento para distraerse. "Tengo un par ofertas." se encoge de hombros, y Kouyou rueda los ojos.

"Se me hace difícil creer que solo sean un par." El chico tiene el primer puesto en su clase, que está dentro del programa de marketing y finanzas más reconocido de todo el país, así que no esta equivocada.

Han habido más que unas cuantas.

"Seguro, pero..." Dazai se encoge de hombros. "No me encanta la idea de ser una abeja obrera en un cubículo."

"Entonces, ¿por qué hiciste una carrera en negocios?" nuevamente, el castaño se encoge de hombros.

"Mori quería que estudiara medicina y mi padre que eligiera bellas artes— digamos que fue mi manera de rebelarme." dice mientras termina su trago. "Y si no me gusta, siempre puedo ser un amo de casa."

Kouyou resopla, dándole un codazo lleno de afecto. "Tienes mucha confianza en ti, ¿no?"

Ellos nunca fueron cercanos— pero durante el tiempo que duró el juicio, la pelirroja pasó dos Navidades y vacaciones de verano visitando a Chuuya en la casa de Mori, y ambos llegaron al entendimiento silencioso de que ella se convertiría en su cuñada, así que están haciendo el esfuerzo.

De vuelta al bar— la conversación entre Oda y Chuuya es similar, pero no tanto.

"Debería haberte dejado ordenar," dice el mayor mientras frunce el ceño, mirando como el menor ya se encuentra bebiendo de la copa de vino. "siempre obtienes las bebidas más rápido que yo."

El ojiazul le lanza una pequeña sonrisa al bartender, ladeando la cabeza. "Quizá me aprovecho un poco del sistema," toma otro sorbito. "y, usualmente, no pago por mis tragos, así que..."

Oda sacude la cabeza. "Apuesto que Dazai ama eso."

Chuuya resopla con su bebida en la mano. "Oh— obviamente."

Deja su copa en la barra, mirando al mayor con curiosidad. "¿En qué piensas?"

El aludido levanta la mirada, un poco sorprendido. "¿A qué te refieres?"

"Has estado nervioso todo el día," Chuuya se encoge de hombros, cruzando las piernas. "y hasta ahora, no has hablado conmigo realmente."

"..." Oda se rasca la nuca. "Bueno— iba a llevarte a almorzar o algo así en lugar de preguntártelo en medio de un bar." murmura, negando con la cabeza.

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