Capítulo 55

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Punto de quiebre

—No puedo creer que Christian haya sido tan imprudente. —Edward no escuchaba, no le importaba todo lo que Sam y su hermana hablaban a su alrededor, sus ojos se encontraban puestos en la autopista, sus cincos sentidos estaban al máximo, enfocando la mirada en el cielo de vez en cuando, mientras que en otras tantas la colocaba al frente para evadir algún auto o un peatón, sin tener la certeza de dónde aterrizaría Christian, pensando en dos posibilidades... el helipuerto o el hotel donde Klaus y su gente se hospedaba, exigiéndole a su hermana mientras ella discutía con Sam sobre dejarlo ir a patrullar transformado en lobo o quedarse en el auto.

—Contacta a la recepción del hotel Kimpton Palladian y pregúntales si ellos cuentan con un Helipuerto. —Alice buscó en google el número telefónico del hotel, llamando lo más rápido que pudo, mientras Edward maneja con la cabeza fuera del auto, mirando al cielo—. No puedo ver o escuchar el helicóptero. —Intentó concentrarse en los transeúntes más cercanos a él, tratando de husmear si alguien había visto a Charlie Tango surcar el firmamento.

—¡Ok... Gracias!... —Fue lo único que le escuchó decir a su hermana, la cual culminó la llamada—. No cuentan con un helipuerto, Edward. —Notificó Alice—. Tal vez debamos ir al helipuerto donde Christian suele guardar el helicóptero. —Justo en aquel momento Sam se decidió por ir al hotel donde Klaus se resguardaba, dejando su ropa en el auto, saltando del vehículo justo cuando se transformaba—. Sam... Saaam... —gritó la chica pretendiendo saltar del auto igual que su novio, pero Edward le aferró del brazo, rogándole que no le dejara solo—. Está bien Eddy... aquí me quedo.

Mientras el enloquecido vampiro siguió conduciendo como un verdadero demente, Alice pudo tener varias premoniciones, imaginando que eso quería Sam, darle la oportunidad de recibir alguna imagen que les ayudara a localizar a Christian y a Mía, dejando que su don hiciera lo suyo, abriendo los ojos desmesuradamente al ver lo que estaba pasando en el interior del helicóptero.

—No fue Joe quien los recogió. —. Edward viró bruscamente a su izquierda—. No van al helipuerto... se dirigen a Canadá. —El vampiro dio la vuelta en U en búsqueda de la autopista que daba al país vecino, mientras Alice le notificaba—. Es Santiago quien pilotea el helicóptero, y piensa saltar antes de que se estrelle. —Edward negó una y otra vez con la cabeza, acelerando a fondo—. No tienen suficiente combustible y sabotearon a Charlie Tango, van a dejar que se estrelle. —Alice había dicho todo aquello como si estuviese a punto de llorar, cerrando sus ojos con pesar—. No, no, no... ¿Por qué?... ¿Por qué? —El alterado ex estudiante de psicología no se iba a poner a indagar en el porqué de toda aquella situación, el necesitaba el cómo y el ahora, pisando cada vez más a fondo el acelerador, pasándose las luces rojas y los altos sin importarle absolutamente nada, sintiendo como su teléfono celular comenzó a vibrar.

—Contesta el teléfono, Alice. —Su hermano extrajo el celular del interior de su chaqueta, contestando la llamada.

—¡Hola!... —Edward pudo escuchar que se trataba de Rosalie, la cual le notificó a ambos que Ethan había logrado escapar y que Leah estaba a punto de dar a luz—. ¿Acaso todo nos piensa caer junto como una avalancha? —Mientras ambas hermanas conversaban, Edward pensó en Isabella, la cual se había dispuesto a ir en busca de los Grey, tomando el android que era de Alice, llamando a su nueva hermana.

—¡Alice!... —El vampiro le notificó que no se trataba de ella—. ¿Edward?... —Soltó Bella en un tono de preocupación.

—¿Pudiste sacar a los Grey? —Ella le notificó que en efecto se había llevado al señor y la señora Grey con ella lo más lejos que pudiera de las garras de Klaus—. Bien... no me digas a donde los llevaras, podrían estar escuchándonos. —Bella le prometió que no lo haría—. No regreses... quédate con ellos.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Where stories live. Discover now