Capítulo 1

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La primera impresión

Edward se encontraba en el aula magna de la universidad católica de Seattle, donde el reconocido doctor John Flynn, impartía una cátedra sobre las diversas fobias o traumas psicológicos que se podían curar con hipnosis, demostrándoles a los alumnos cómo ejecutar una sesión hipnótica satisfactoria y simple, con tan solo un metrónomo, la voz guía del psicólogo y la cooperación del paciente, el cual debía de estar relajado y cien por ciento decidido a hacerlo.

—Es muy difícil hipnotizas a alguien que no lo desea —acotó el doctor Flynn, el cual rodeó al joven que le serviría de conejillo de india para la demostración—. El paciente necesita estar seguro de lo que quiere y sobre todo mantener una relajación completa. —El psicólogo hizo andar el metrónomo, el cual comenzó a emitir el típico tic tac que ayudaría a que el paciente entrara en trance.

"Gracias a Dios que no me tomaron como conejillo de india", pensó Edward. "No podría contener mis ganas de arrojarle todo por la borda al pobre hombre". El solo imaginarse a Flynn tratando de hipnotizarle, le causó al vampiro una especie de regocijo cruel y burlón ante lo que por supuesto jamás conseguiría, hacerlo dormir o lo que era lo mismo que intentar llevarlo a una semiinconsciencia.

Siguió haciendo apuntes en su libreta, sacando información de un grueso tomo de psicología avanzando de quinto año, extrayendo de él todo lo que realmente le apasionaba de la psicología, los trastornos maniacodepresivos y los de identidad disociativo, restándole importancia a la hipnosis, ya que Edward deseaba estar con los enfermos realmente peligrosos, los asesinos, los que eran capaces de los más atroces actos, deseando entrar en sus mentes y ver qué era lo que realmente los motivaba a cometer aquellos nefastos actos.

"Me hubiese gustado mucho conocerte, Jack", pensó, refiriéndose a Jack el Destripador, uno de los asesinos seriales más peligrosos de Europa, el cual hoy por hoy, era considerado la mente más perturbada y enferma que se pudo conocer a mediados del siglo XIX en East End de Londres, siendo aquel personaje, uno de sus favoritos y con el que se identificó en su periodo de vampiro rebelde de 1927, cuando decidió apartarse tanto de Carlisle como de Esme, usando su poder mental para atacar solo a la peor escoria de la sociedad. "A lo mejor eras solo un incomprendido". Sonrió de medio lado ante aquella perspectiva personas sobre los motivos por los que Jack asesinaba a sus víctimas, tal y como él lo hizo hace ya mucho tiempo.

Siguió tomando notas, rememorando las diversas conversaciones que solía tener tanto con Jasper como con Emmett sobre dicho tema, sonriendo al recordar a sus hermanos y las locas ocurrencias del atolondrado "hombre mono", como le solía llamar Rosalie.

—Para mí el tal Jack era un tostado. —Había alegado Emmett en aquel entonces, mientras los tres hermanos caminaban por el bosque de Forks, después de haber cazado varias presas—. Mira que ponerse a matar mujeres.

—Eran prostitutas, Emmett —comentó Edward pateando una de las tantas rocas del boscoso terreno.

—¿Y eso qué? —preguntó frunciendo el ceño—. Más loco aun, ¿en vez de follarselas las mataba? —Bufó por la nariz—. Qué loco, con lo divinas que son las mujeres. —Jasper apretó los labios en una extraña mueca que intentaba parecer una sonrisa, sin conseguirlo.

—No fueron solo mujeres, se le atribuyen otras víctimas, entre ellas varios hombres y creo que incluso niños. —Edward contempló el calmó rostro de su hermano Jasper, quien prosiguió—. Para ese entonces, yo ya era vampiro y me encontraba a merced de los encantos de María. —Ambos vampiros contemplaron el serio semblante de Jasper—. Se escuchaba desde este lado del planeta sobre él, pero nada en concreto, con los años se descubrieron muchos asesinatos que se le atribuyeron para ese entonces.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Where stories live. Discover now