Capítulo 36

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Capítulo 36

Visita familiar

Edward no pudo dejar de pensar en lo ocurrido la noche anterior, después de tomar otra larga y reparadora siesta, luego de haber pasado más de un siglo sin poder dormir, sintiéndose nuevamente humano, cenando en compañía del apuesto multimillonario, quien no pudo creer aún el apetito voraz que había despertado en Edward, pero su recién recuperada humanidad abducida, le devolvió el sentido del gusto, disfrutando del grato sabor de la comida, sin dejar de desear la sangre.

—¿Cómo va recuperándose ese delicioso trasero? —Interrogó Christian a Edward, posando su mano derecha sobre la pierna del vampiro, después de haber realizado el cambio de velocidad del auto, conduciendo rumbo a Forks, ya que por más que Edward se negó a ir en compañía de Christian, el magnate le notificó que no le dejaría ir solo hasta su casa si su madre ya sabía la verdad, pretendiendo encarar la realidad que se les avecinaba a ambos... la de salir del closet públicamente.

—Deja de preguntarme esas cosas... pervertido. —Christian soltó una risotada, apretando sugestivamente la pierna del apuesto psicólogo, el cual comenzó a revisar su teléfono celular, haciéndose el desentendido, pero el recuerdo de lo vivido anoche regresó no solo a su mente sino también a la de Christian, haciéndole revivir en carne propia la extraordinaria noche de sexo y pasión desenfrenada que hubo entre ambos, perdiéndose en sus pensamientos.


Todo había comenzado como siempre entre ellos, miradas sugestivas, besos y caricias que encendieron ambos cuerpos, despojándose de sus ropas sobre el sofá de la sala, al encontrarse solos en el pent-house, ya que la señora Jones había regresado a su departamento.

—Quiero hacerte mío aquí y ahora, Edward. —Fue lo único que dijo el magnate, y acto seguido ya estaba dentro de aquel deseoso agujero anal del muchacho, el cual no pudo parar de desear más de aquellas cadenciosas embestidas que su amante le entregaba, follándoselo tanto en el sofá como en el suelo y hasta sobre el piano, quedando completamente exhaustos sobre la pequeña alfombra que daba a la ventana panorámica del salón, junto a la chimenea eléctrica.

—Pareces no cansarte, Edward. —Aquello hizo sonreír al vampiro, ya que si eso esperaba el magnate, se le caería el miembro de tanto follar esperando a que el chico se agotara.

—Tú tampoco, y es algo que me preocupa. —Por unos segundos imaginó la posibilidad de que Christian llegase a ser un vampiro, imaginando su hambre sexual multiplicada a la décima potencia—. Porque debes descansar. —Acotó aunque no era precisamente eso lo que le preocupaba, descartando por completo la idea de convertirlo en inmortal.

—Tú eres el enfermizo, Edward... no yo... así que preocuparte por ti. —Ambos se encontraban observando las llamas de la chimenea, siendo Christian quien se hallara de espaldas a Edward, abrazados de cucharita—. Por mi seguiríamos hasta el amanecer. —Edward se incorporó de su relajada postura sobre la alfombra, volteando a verle.

—Debo viajar a Forks, Christ... aprovecharé que la Universidad está cerrada hasta nuevo aviso por la fuga de gas en la cocina del comedor para ayudar a mi familia a solventar lo de Jasper, Rosalie y Emmett. —El magnate se sentó al igual que Edward, tomándole de la mano.

—Déjame ir contigo, Edward. —El chico negó con la cabeza, temiendo que Christian se diera cuenta de la verdad y huyese despavoridos.

—Será mejor que vaya solo. —Aquello por supuesto comenzó una acalorada discusión entre ambos hombres, siendo Christian el que sentenciara a continuación.

—Perfecto... me quedo, pero esta noche me complacerás en todo lo que te pida. —Aquello era algo que no se escuchaba del todo bien en los labios del pervertido magnate, el cual se levantó del suelo, dejando caer la toalla que cubría su entrepierna, quedándose completamente desnudo frente a Edward.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Where stories live. Discover now