Capítulo 29

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Despedidas

Por más resplandeciente que el sol brillara en la fría ciudad de Forks, no lograba dar la calidez que necesitaban los adoloridos corazones que pretendían darle el último adiós a Billy Black, en el exclusivo cementerio de la reservación, tal y como lo había pedido el difunto líder de los Quileutes, el cual fue enterrado junto a su ya fallecida esposa e imprima, Sarah.

Jacob parecía estar en modo seguro, no dijo ni realizó absolutamente nada. A su llegada a Forks, lo único que hizo fue ver si sus hijos estaban bien, para luego cargar el cuerpo ya sin vida de su padre antes de que los médicos forenses intentaran llevárselo, manteniéndolo un largo rato entre sus brazos, dejando que sus lágrimas cayeran copiosas por su acongojado rostro, mientras Bella fue a ver a Charlie después de abrazar y darles calor de madre a sus pequeñines, encontrando al jefe de la policía inconsciente, despertando cuando el amanecer al fin había llegado, recordándoles que a pesar del dolor y la desesperanza, la vida seguía y había que vivirla con todos los pesares y sufrimientos que se tenían a cuestas.

Mientras preparaban el cuerpo de Billy para el último adiós, los hermanos Clearwater habían llegado en compañía de Sam y de Embry, siendo el líder de la manada quien le pidiera prestada la camioneta a Emmett y así poder rendirle tributo al anciano en el sepelio que estaba por comenzar, mientras que Seth y Leah se habían trasladado al hospital de Forks al saber que su madre había recibido una contusión, escuchando de los labios de su propia madre lo que había sucedido la noche anterior, después de haberse realizando todo tipo de exámenes y placas que descartaran cualquier coágulo o hematoma que pudiese traerle complicaciones a largo plazo.

Le dieron de alta a la mujer, y los tres se encaminaron lo más rápido que pudieron hasta el cementerio, en donde Jacob, Sam, Paul y Jared traían en alza la urna con el cuerpo del único hombre que había logrado conquistar el hermético, temeroso y enclosado corazón del jefe de policía, el cual siguió sin poder creer que dentro de aquel féretro se encontraba el ser humano que amo en secreto como a nadie había amado, intentando sostener un rostro inmutable delante de su hija, la cual mantuvo a ambos niños entres sus brazos, meciéndolos para mantenerlos dormidos.

"Aguanta por favor, no te desplomes delante de todos" Se dijo así mismo Charlie, sintiendo que las piernas le flaqueaban y su careta de hombre correcto se caía a pedazos, sintiendo que aquel momento parecía eterno y que el tiempo se relentizaba con cada paso que daban hasta el lugar donde sería enterrado, suspirando para controlar todo su pesar, intentando sostener el paraguas con el que cubría a Bella y a los niños, ya que habían personas en el sepelio que no sabían de la existencia de criaturas sobrenaturales, siendo los Cullen y los vampiros recién llegados a Forks, quienes usarán sombrillas para cubrir su reluciente piel de los rayos del sol.

Posaron el féretro sobre los cuatro soportes laterales, y las lágrimas comenzaron a fluir incontrolable, ante el arribo de la familia Clearwater, siendo Sue quien llorara sin control alguno ante el amor que la viuda de Harry le había profesado a Billy en los últimos años, mientras que Charlie tuvo que tragarse todo su dolor, sin poder llorar sobre la urna de su amado amigo, cerrando con todas sus fuerzas, tanto ambos puños como sus ojos, rogándole fortaleza a Dios para no desmoronarse como lo estaba haciendo aquella mujer sobre la última morada de aquel Quileute.

Garrett, Alistair, Carlisle y Esme se encontraban juntos a la diestra del féretro junto a varios Quileutes y desconocidos de la zona, mientras que Charlie, Bella y los niños, al igual que los dos jóvenes Clearwater estaban a la izquierda, en compañía de las hermanas de Jacob, Rachel y Rebecca, quienes habían sido llamadas por Sue, por petición del mismo Jacob, el cual siguió sin querer decir nada, cubriendo sus hinchados ojos detrás de unas gafas de sol, tal y como lo hacía Charlie, dejando que las lágrimas rodarán por sus mejillas, sin emitir gemido alguno que delatara todo el dolor que apresaba su corazón, dejando a Sam, a su esposa, a Jacob, Paul, Embry y Jared ocupar el puesto frente al ataúd, para honrar al líder de la tribu y antiguo jefe de manada.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora