Capítulo 47

2.7K 258 251
                                    

Un adiós y un te quiero

Edward no pudo parar de contemplar el calmo y apacible rostro de Christian, el cual dormía plácidamente en la alcoba que se le había asignado al magnate en el acogedor departamento, después de que el apuesto vampiro hubiese recibido el mensaje instantáneo de parte de Rosalie, la cual le exigió a su hermano llevar al multimillonario hasta la nueva guarida donde habían decidido hospedarse, hasta nuevo aviso.

"Estas a salvo, Christian... Juré que nada malo te pasaría y cumpliré mi promesa aunque de ello dependa mi propia vida" Besó el apacible rostro del magnate, el cual se encontraba de medio lado, suspirando al sentir el gélido contacto de los labios del vampiro, quien pudo apreciar como el apuesto hombre comenzó a soñar con él, salvándole la vida—. "Te amo, Christ... y si debo alejarme de ti para salvar tu vida lo haré" —Edward pensó en que a lo mejor Klaus perdería interés en los Grey si él se alejaba definitivamente de ellos, pensando en la posibilidad de irse a la Isla Esme después de culminar sus estudios, analizando sus antiguas y erróneas decisiones, recordando que con Victoria nada de eso había funcionado.

Los sueños de Christian eran confusos, de vez en cuando Edward era alguien agradable en sus recuerdos y en otros se transformaba en un ser al que se le debería temer, imaginando que el hibrido había ensuciado su mente con momentos para nada gratos, y en otras pensó en que a lo mejor el día en que el magnate se había enterado de toda la verdad, había quedado arraigado en el subconsciente del perturbado caballero, rememorando entre sueños aquel mal recuerdo.

—¿Edward?... —Llamó Isabella a su hermano, el cual había estado acariciando el rostro del magnate, intentando calmar sus temblores.

—¿Sí?... —preguntó incorporándose de la cama, después de acobijar al sedado hombre, ya que por más que intentaron hacerlo dormir de forma natural, sus nervios estaban al borde de un colapso, optando por darle un par de ansiolíticos, que lograran controlarle.

—Estamos por finiquitar todo, solo falta que Taylor despierte y nos iremos. —El afligido vampiro miró nuevamente a su amado magnate, el cual se removió intranquilo sobre la cama.

—Lo recupero y lo vuelvo a perder de nuevo, Bella... No es justo. —La chica bajó la cabeza.

—Lo sé, pequeño... pero si lo amas, debes dejarlo ir... estará mejor lejos de ese psicópata de Klaus. —Edward asintió, sentándose nuevamente a orillas de la cama, besando la mejilla y luego el cuello de su amada ex pareja.

—Te amo, Christian... no lo olvides nunca. —Susurró en su oído, logrando que el magnate sonriera, estremeciéndose sobre la cama, mientras Edward se incorporó nuevamente, saliendo de la cálida habitación, encontrándose en el pasillo a uno de sus anfitriones, siendo Riley quien le notificara tanto al joven Cullen como a Bella.

—El auto está listo. —Señaló hacia una de las alcobas, al final del pasillo—. Esperamos por el señor Taylor. —Edward asintió.

—Dejémosle descansar... lo que vivió anoche no debió ser nada fácil de procesar y a lo mejor le constó conciliar el suelo. —Si bien era cierto que Taylor se encontraba preocupado y bastante alterado ante lo ocurrido, no fue sino el constante parloteo de Elijah, lo que lo mantuvo hasta altas horas de la noche despiertos, intentando conciliar el sueño, aunque su compañero de cuarto parecía no querer dejarle dormir, sucumbiendo ante el cansancio que embargó su cuerpo mortal, dejando al vampiro hablando solo, el cual simplemente optó por intentar dormir, pero se sentía tan fascinado por aquel hombre, que solo durmió un par de horas, despertando junto a él, observando su agraciado rostro ser bañado por la luz del día, comenzando a despertar, percatándose de como el milenario vampiro le contemplaba con una amplia sonrisa, apostado de medio lado sobre la cama.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Where stories live. Discover now