Capítulo 43

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Despedidas que matan

Habían logrado interceptar a Edward y hacerlo desistir de su loco intento por ir a Seattle para enfrentar a Klaus, pretendiendo hallar una muerte segura, ya que, aunque el híbrido le hubiese otorgado al vampiro un poco de humanidad, eso no significaba que el chico era de su completo agrado.

—Necesito salir de aquí... déjenme ir a Seattle... Klaus debe escucharme... ¡Por favor!... debo hacerle entender que Christian no tuvo la culpa de nada, fue Victoria la que nos dejó en evidencia delante de él... —Intentó escabullirse nuevamente por la ventana, pero Emmett se interpuso en su camino, negando con la cabeza.

—Escúchame bien, Edward. —Garrett intentó llamar su atención—. A Klaus le tiene sin cuidado eso... no lo hace para cubrir nuestro mundo, simplemente quiere jugar con él... —Aquello más que calmar al perturbado vampiro, lo alteró aún más, pretendiendo salir por la puerta de su recamara, siendo Jasper y Alistair quienes detuvieran su inequívoco empeño de aparecerse en Seattle y solventar algo que al parecer, no tenía solución alguna— ...Por todos los cielos, Edward, debes controlarte. —Pero el iracundo vampiro batalló en contra de su hermano y de Alistair, los cuales trataron por todos los medios posibles de mantenerlo en su alcoba.

—¡Ya es suficiente, Edward! —Gritó Esme fuera de sí. —No es tu culpa que ese hibrido demente se crea Dios y se haya empeñado en hacerle daño a Christian, debes controlarte. —Jasper infundió su don sobre el enajenado vampiro, intentando calmarle.

—Tu madre tiene razón, Eddy. —Acotó Carlisle con un tono de voz paternal y condescendiente—. No ayuda para nada el que te pongas de ese modo. —Entre Jasper, Alistair, Carlisle y Garrett, llevaron hasta la cama al lloroso y tembloroso muchacho, el cual no dejó de gimotear, por más morfina inducida que Jasper pudiese emanar desde su cuerpo hacia el de Edward, intentando controlarle—. Papá está aquí, Eddy... papá está aquí y sabes que jamás voy a defraudarte... lo sabes, ¿Verdad? —Susurró al oído del consumido muchacho, el cual se hizo un mohín sobre la cama, asintiéndole a su padre.

—Tío Garrett tampoco va a defraudarte, viejo... —El policía palmeó el hombro del desquebrajado inmortal, mientras Alice se acercó sigilosamente hacia la cama, acobijando con las sabanas a su hermano—. Vamos a resolver esto, pero no sirve de nada el que tú vayas a Seattle y le irrites el páncreas a Klaus. —Así estuvieron todos durante toda la noche junto a Edward, el cual a cada tanto se calmaba, escuchaba la conversación entre todos los presentes, volviendo a alterarse ante cualquier conjetura sobre los acontecimientos que se podrían suscitar con el vampiro original y sobre todo con la posible llegada de uno más de ellos a Seattle o a Forks.

—¿Por qué no bajan todos a la sala y me dejan a solas con Edward? —preguntó Esme, al ver como a cada tanto su hijo se alteraba.

—No mamá... por favor... quiero escuchar. —Pero Carlisle fue el primero en levantarse de la cama, prometiéndole a su hijo que le diría todos los pormenores de lo que fuesen a planear para que nada malo le pasara a Christian y a toda su familia, pero debía poner de su parte y descansar, ya que la humanidad inducida parecía estarlo agotando demasiado.

—¡Eso es!... —Argumentó Garrett, chasqueando los dedos—. Por eso Klaus hizo lo que hizo con Edward... quería debilitarlo, sabía que el chico era depresivo compulsivo y le otorgó humanidad para hacerlo sufrir aún más. —Saltó de la cama, acercándose a Carlisle—. Debe de haber un modo de volverlo a la normalidad, no sé... a lo mejor los Vulturi podrían decirnos como han logrado librarse de tantos lavados de cerebro que Klaus les ha hecho a través de los años. —Todos voltearon a ver a Alistair, el cual no supo por qué todos le miraban, hasta que Garrett acotó a continuación—. Tú conviviste por un tiempo con los Vulturi, Al... —El aludido negó con la cabeza.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Where stories live. Discover now