Jazmín.
«¿Quedamos cómo amigos?».
¿Eso fue lo único que se me ocurrió decir?
No dudaba que algunos ex novios pudieran quedar como amigos, pero lo de nosotros no había terminado en tan buenos términos que dijéramos.
Él estaba lastimado, o al menos lo estuvo en un inicio, haberle preguntado eso fue lo menos racional. No tenía justificación, excepto lo nerviosa que estaba. Era ese tipo de nerviosismo que te impedía permanecer quieta o callada.
Después de que Dante saliera de la oficina solo pude suspirar hondo y profundo, controlando las tremendas ganas que tenía de llorar.
Escuchar lo que pensaba y sentía luego de nuestra ruptura fue tan doloroso que mi pecho se mantuvo oprimido en todo momento.
De repente no pude contra la frustración, esa que me ponía en su posición, entendiéndolo.
Tuve ahora luchar contra el remolino de emociones, solo para que no se volviera abrumador a tal punto de derrumbarme.
Lo había visto, Dios, seguía siendo el Dante de quien estaba enamorada.
Joder.
Seguía estando enamorada de él, a pesar de no habernos visto durante años, lo que sentía por Dante seguía intacto.
Y no podía hacer nada con o en contra de eso.
La verdadera pregunta era,
¿Qué sentía él por mí?
—¿Crees que hice algo mal? —quise saber, viendo a María sentada en la alfombra que recién había comprado.
María volteó hacia la derecha, mirándome.
—¿Doy mi opinión imparcial? —replicó, mordiéndose el labio inferior con algo de duda.
Asentí rápido.
—Tú hiciste lo que creíste que debías hacer. Dante tienes sus razones y tú las tuyas —respondió simple, soplando la superficie de sus uñas para secar la pintura rosada en ellas.
—Dijo que su sueño era yo —le dije anonadada.
María dejó lo que estaba haciendo, observándome sorpresiva
—¿Te dijo eso? —replicó—. Bueno, pero tampoco podía pretender que supieras algo que no te dijo. Él la pasó mal, pero tú también.
Bufé, acostándome boca arriba.
—Sé que no volverá conmigo, aun así, quisiera que pudiera entender la razón por la que tomé esa decisión por él. Yo lo entiendo, entiendo el por qué está molesto, de hecho, comprendo hasta que no quiera que seamos amigos de nuevo.
—¿Le dijiste que se pusiera en tu lugar?
—Sí.
—Te estás cuestionando sobre lo que hiciste porque te pusiste en el suyo —entendió, respirando profundo—. Jaz, Dante es una buena persona, sabes que en algún momento pasará la página y quizás con eso pueda estar tranquilo. Está dolido y furioso, necesita tiempo y espacio para dejar de asociar esos dos sentimientos con tu nombre.
—¿Alguna vez pensaste en ser psicóloga? —bromeé.
María era alguien totalmente distinta a aquella chica que se había molestado porque uno de sus amigos terminó en el hospital el día de su cumpleaños y lo arruinó.
—¿Y privar al público de reconocer mi talento? No, gracias —dijo divertida, fijando sus ojos oscuros sobre los míos—. Te daré un consejo.

YOU ARE READING
Las cartas de Dante ©
RomanceBilogía "Amor entre páginas". [Segundo libro] "El curso del verdadero amor, nunca corrió de manera fácil." William Shakespeare. (SINOPSIS DENTRO DE LA HISTORIA, PARA QUE ASÍ NO SE LLEVEN SPOILERS SI APENAS LEEN...