Capítulo 29| Entropía

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10:30 p.m.

Hange no requería el visto bueno de Levi para comenzar a sentirse como en casa. El simple hecho de que compartieran esas cuatro paredes ya era lo suficientemente terrible como para que él lo considerase como una invasión a su privacidad.

Motivada por una sensación incómoda que se gestó en sus cavilaciones, y a la vez por el encierro, decidió devolverse a la primera planta. Le era menester tomarse un respiro de aquellos pensamientos que la acongojaban.

El anfitrión la alcanzó un par de minutos después. Se dirigió rumbo a la cocina a paso lento, ignorando la presencia de ella.

Había una pesadez que le generaba cierto grado hipoxia, a pesar de que el aire fresco se colaba hasta sus pulmones sin dificultad alguna. Inhalar el cálido vapor que emergía del recipiente que reposaba encima del fuego contribuyó a que sus fosas nasales se destaparan, un efecto inmediato de la temperatura que comenzaba a descender drásticamente.

La chica se mostraba inquieta, impaciente por descubrir el estilo de vida que había llevado quien se convirtió en uno de sus amigos más cercanos. Esta dejó de ser cuestión de mera curiosidad cuando logró unir todos los hilos que entretejieron la existencia de Levi. Estimó que ya era hora de desenredarla.

Puesto que no acostumbraba hacer mención de sus orígenes, reconocía que la labor iba a convertirse en una labor de proporciones descomunales. Y, a juzgar por lo tranquilo que estaba Erwin, dio por hecho que ya lo habían puesto al tanto de cierta información privilegiada, de la cual se moría de ganas por enterarse.

—Levi —tragó saliva, y esperó a que se dignara a establecer contacto visual—. Sé que no debería inmiscuirme en tus asuntos, pero ya no puedo seguir así.

—¿Así cómo? —Se volvió hacia ella. Había anticipado que tarde o temprano tendría que encararla.

Giró la perilla hasta devolverla a su posición inicial, lo cual Hange interpretó como un impulso para que continuara con su línea de razonamiento. Al principio, se sintió contrariada por su actitud condescendiente, empero, ya no había marcha atrás.

A FOUR LETTER NAME© [VOL. 1]Where stories live. Discover now