Capítulo 50| Lo impreciso del futuro

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Un aluvión de emociones asestó el entero de mi ser

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Un aluvión de emociones asestó el entero de mi ser. Las palabras que leí fueron como una tormenta que limpió con la desdicha a su paso, para reemplazarla con angustia. Se trataba de una que ya había experimentado en diversas ocasiones gracias a él y, que a pesar de todo, anhelaba que se repitiese.

Alcé la vista en cámara lenta, con un escepticismo que crecía de forma latente, hasta que nuestras miradas se conectaron en el vacío. Donde antes hubo desasosiego alimentado por la incertidumbre en su repentina declaración, una calma envolvente reinaba.

Su reacción fue la que habría esperado, a pesar de que me jactaba de no conocerlo a plenitud. No me correspondió durante un período prolongado. Se colocó la palma sobre la mejilla, tratando de proyectar una sombra, como si así lograra ocultarse de mi presencia. La tenue luz del corredor apenas si me permitió distinguir la tonalidad de estas, pero juraría que se tornaron coloradas.

No solo me temblaron los brazos, pues la carta casi se me resbaló por la impresión generada, sino también los labios. Uno de los nervios craneales incluso me vibró con intensidad, generando pulsaciones. Mi cuello estaba tan rígido que buscarlo representó una tortura de proporciones inauditas.

Por milésima vez desde que lo conocía, experimenté el ferviente deseo de envolverlo entre mis brazos cuando se redujo en su apocamiento. Una ligera esperanza de llegar a experimentarlo en esta vida se coló a través de mis imaginaciones, me instó a ser precavida, a ahondar en el tema antes de darlo por finalizado con un ímpetu que podría considerarse irrespetuoso.

—¿Qué clase de... broma es esta, Levi? —Sostuve la hoja entre el pulgar y el índice. Fue lo primero que se me había ocurrido para dar inicio al despeje de las dudas. Me estaba mareando, consideré echarme a reír con sorna para aclararme las ideas—. No te conocía ese lado...

Ahora era yo la que no podía articular una frase coherente, a pesar de que me sentí impulsada a responder a la inmediatez.

Estaba furiosa conmigo misma por haber considerado por un segundo la simple idea de que el contenido era 100% veraz, y no como lo que yo había constatado «el producto de mi imaginación». No. Era mi imaginación la que fue embaucada, hasta ser persuadida a sopesar el alcance de lo que estaba sucediendo.

—Pensé que dirías eso. —Me clavó la mirada tras haber estado divagando en todas direcciones.

La seguridad de su voz hizo que me estremeciera. Retrocedí valiéndome del impulso de ambas manos, al punto de quedar en el límite de la superficie. Estaba dispuesta a girar el torso y desaparecer con calma, sin ofrecerle mayores explicaciones.

No sabía qué hacer. Quizá me encontraba delante de otra alucinación provocada por la falta de sueño, solo que los bostezos no habían hecho su aparición desde que accedí a concederle parte de mi tiempo de descanso.

Cuando percibió mis intenciones de largarme, se adelantó como no lo habría previsto, ni con toda la preparación mental a la que me sometía constantemente. Acortó la distancia y tomó lugar junto a mí, aunque mis piernas cruzadas se lo impidieron del todo.

A FOUR LETTER NAME© [VOL. 1]Where stories live. Discover now