Cap. 15 - Hablemos

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Luego de entregarse en cuerpo y alma, se tumbaron de lado en la cama. Una frente a la otra. Mirándose. Porque podrían pasar toda la vida en esas, mirándose.
Tratando de acertar qué pensamiento pasa en ese momento y que aunque no salga en palabras, probablemente los ojos lo dirían.


Las manos recorrían el cuerpo de la otra muy suavemente por el brazo, el costado, el filo de la cadera, la nalga, hasta el muslo. Sus piernas estaban entrelazadas.

-"Sabes una cosa?" dijo Luisita casi en un susurro. "A mi vida le faltaba algo, como un eslabón, o una pieza de rompecabezas, y la verdad es que no sabía cómo ni cuando ni donde ni qué o quién sería..." la miraba colocando una mano en su mejilla. "...y eras tú Amelia. Yo te esperaba y tú llegaste. Y eso me hace muy feliz" dijo con tanta emoción que sus ojos se aguaron.

-"Cariño, no te pongas así" le dijo limpiando sus lágrimas. "Y si yo te dijera que pensaba que en mi vida no encontraría más la alegría, que viviría sumida en un recuerdo, que no podría llegar a querer a alguien más, a poderme entregar y hacer el amor, a tener ganas de vivir y volver a sentir, a darme una oportunidad..." ahora ella quien ponía su mano acariciando el pelo y la cara de la rubia, "...y cuán equivocada estaba, hasta que te vi, y miré esos ojos marrones que me derriten" decía dándole un tierno y prolongado beso.

Luisita se tumbó boca arriba mientras Amelia seguía en ese beso que ahora bajaba al cuello de la rubia para acurrucarse momentáneamente en él. A la rubia le llegaban a la mente ciertos temores.

-"Amelia, yo no quisiera que esto fuera una aventura de viaje nada más...porque...es que..." decía pero estaba muy dudosa de seguir con aquello que la atormentaba.

-"Pooooor...queeee" Amelia trataba de ayudar a completar la oración separándose del cuello y mirándola ahora a los ojos a ver si encontraba aclarar el pensamiento de la otra.

-"Ufff.. es que..." inhalaba y exhalaba profundamente como para armarse de valor.

-"Luisita, dilo, sin rodeos, lo que sea!"

-"Joder Amelia! Que no es fácil tratar de decirte que me gustas, que me encantas, que me estoy enamorando de ti coño!... bffff" dijo botando todo el aire y esperando la peor respuesta a eso que acababa de confesar.

-"Escúchame Luisita" comenzó en tu tono suave tratando de bajar la tensión de Luisi y del momento. 

-"Yo no he venido de viaje buscando tener sexo o una noche descontrolada con alguien, porque no hago eso y no soy así tampoco. Yo siento que te conozco de toda la vida. Es que es algo que yo misma no puedo explicarte. Sí te confieso que tengo temor, porque la partida de Antonella me tocó muy duro, yo sentía que todo se acababa, todo. No me interesaba conocer gente, me encerré en mi misma y en mis recuerdos..."

"...Pero luego te vi, y sentí cosas que no sabía que podía volver a sentir porque no me las permitía. Me has devuelto la ilusión, la esperanza de poder tener a alguien en mi vida que me haya hecho renacer, que me haya borrado la tristeza, y que vuelva a creer en el amor. Y sí, es cierto que quizás esto sea muy rápido, sí es cierto que tengo miedo de que esto sea una locura, pero sabes?..." se acomodó en la cama y tomó de las manos a Luisita, "cuando tuve temor de saltar, alguien muy sabia me dijo unas palabras..." Amelia se emocionaba por todo aquello que salía de su corazón y Luisita la miraba con lágrimas.

- "...una joven muy guapa y sabia me dijo: Mírame y Confía, y es lo que te quiero decir ahora Luisita. Porque sin quererlo y sin esperarlo, me estoy enamorando de ti también" confesó aquello que su corazón le dictaba. "Confiemos en lo que dicen nuestros ojos cuando nos miramos; confiemos en lo que sentimos, en lo que nos decimos. En lo que nuestros corazones y nuestra piel nos pide a toda costa" Amelia le decía.

Entre MaresWhere stories live. Discover now